Marcos 5:6-13 Marcos 16:17
El proceso de echar fuera demonios requiere conocer con claridad varios aspectos. Dentro de algunos de esos aspectos están los siguientes:
Conocer si la persona verdaderamente está atada por demonios, o si son actitudes, o actos de la carne.
Quiero traer una nota especial. Hay personas que no están familiarizadas con la experiencia de reprensión de demonios, y ante su ignorancia, pueden cometer dos errores que son frecuentes:
(1) Negar completamente que la persona está atada y decir que lo que tiene son manías, charlatanería, changuería, o falta de seriedad espiritual. El pensar así es un error, porque los demonios continúan atando más y más a la persona. Cuando los demonios ven que pueden seguir escondidos, y que no los van a descubrir para echarlos fuera de la persona, llaman a más demonios para que los acompañen, y es por eso que la persona se endemonia más. Por ejemplo, en casos de demonios de depresión, éstos van a tomar más control de la persona, y su condición será peor, ya que van a llamar a demonios mucho peores (suicidio, asesinato, violencia, locura, etc.), que llevarán a la persona a condiciones más graves. Cuando los demonios son ignorados por pastores, predicadores, líderes, etc., y son vistos como simples enfermedades o manías de la persona, los demonios se ríen, porque han logrado ocultarse, y saben que podrán vivir "tranquilamente" en la persona, sin ser echados fuera en el nombre de Jesús, a menos que algún hermano espiritual discierna esos demonios, o Dios se lo revele a uno de los miembros consagrados de la iglesia, para que se le ministre a la persona. Incluso, no dudamos que pueda suceder, que al Dios ver que estos pastores, o líderes ignoran estos demonios, Él les ordene a estos otros líderes o hermanos consagrados que le ministren a la persona. Puede haber pastores que no conocen nada sobre echar fuera demonios, y no quieran permitir que se haga la ministración, diciendo que "eso ya no se hace, que los demonios no existen, que la persona debe ir a un psiquiatra, que eso es de espiritistas, y no de Dios", o amenazando a las personas con una disciplina o destitución de los puestos, etc. En estos casos, el diablo se burla más, porque no se pudo hacer nada, y los demonios continuarán tomando más control de la persona. Esta situación es lamentable, y creemos que las personas a las que Dios (hay que estar seguros que fue Dios y no la carne) mandó a ministrarle a la persona atada, deben obedecer a Dios por encima de los hombres, pero deben irse a otro lugar, o pedirle la ayuda a otro pastor espiritual que conozca sobre la práctica de echar fuera demonios, para no crear una contienda en el templo, o con el pastor que no quiso la ministración.
(2) Un segundo error ocurre, cuando el que ministra cree que todo el mundo que pasa al altar para oración está atado por demonios. Esto es terrible, pues puede pasarse un día entero reprendiéndole los "demonios" a una persona y no lograr nada (si no hay ningún demonio, no va a "salir" nada). Al final, el que ministra, y la persona que pasó para la oración, terminan cansados, confundidos, y frustrados. No todo el mundo está atado por demonios. Hay personas que tienen situaciones que se resuelven orando más, ayunando, sujetando los deseos de la carne, recibiendo consejería pastoral o cambiando la actitud hacia los demás.
Es por eso necesario estar seguros de que la persona está realmente atada por demonios.
Conocer la autoridad que el Señor le ha dado a la iglesia para echar fuera demonios. MARCOS 16:17.
Saber usar las armas de guerra espiritual contra el diablo (oración, ayuno, la Palabra, el nombre de Jesús, y el poder de la sangre de Cristo).
Observar que la persona esté preparada, cooperadora para la ministración, consciente de lo que significa la ministración, y deseosa de ser libre. Si no está positiva y cooperadora, no van a salir los demonios, y se pierde el tiempo.
Entender lo importante que es la comunión, y la espiritualidad de los presentes cuando se va a ministrar liberación. Si no hay comunión, no se puede ministrar.
No tener prisa, y darle el tiempo que la ministración requiere, ya que en ocasiones pueden ser LARGAS HORAS. Posteriormente a la ministración, aconsejar a la persona a mantener su liberación.
El que va a ministrar debe tener experiencia en la reprensión de demonios, conociendo cómo el diablo se comporta en esos casos, para evitar que el diablo se luzca ridiculizándolo. Siempre debe estar presente una persona que conozca el procedimiento de liberación, como medida de cautela, de forma que el proceso no se salga de control.
1- ¿CÓMO SABER SI UNA PERSONA ESTÁ ATADA?
Hay algunas personas que se ve claramente que están atadas, pues al observar su rostro, o ver su conducta, uno ve las ataduras. Por otro lado, hay otras personas, en las cuales es más difícil conocer si están atadas, pero al final el Espíritu Santo revela lo que hay, o los demonios se manifiestan en un momento dado.
a. ALGUNAS CONDUCTAS RELACIONADAS A ATADURAS DE DEMONIOS
1) VOZ ANORMAL - Esto no ocurre todo el tiempo, pero muchas veces se manifiestan los demonios dándole a la persona una voz fea, y horrible. Mujeres han salido hablando como hombres, y hasta con voz monstruosa.
2) EXPRESIÓN FACIAL DISTORSIONADA - La persona puede hacer muecas, o poner la cara en forma fea, o que asuste. En lugar de parecerse a la persona, parece un demonio por causa de la expresión que tiene en su rostro. Un hermano que es evangelista y Director de Misiones de su organización cristiana, me contó un testimonio de una persona que ya estaba casi muriendo en su hogar. A este hermano lo invitaron a ver al enfermo (no recuerdo si fue para que le orara o para predicarle). Lo que sí recuerdo fue, que él nos contó que los demonios estaban por llevarse a ese hombre (pues estaba en pecado), y que en un momento final, el hombre recobró fuerzas en su cama, y de momento su rostro se transfiguró y tomó cara de un caballo. Luego de algunos 3
segundos, el hombre murió. Ese evento impresionó grandemente a los que estaban presentes. Los demonios se lo llevaron para el infierno.
3) VIOLENCIA - Las personas que están endemoniadas, tienen una fuerza tremenda. Esto se nota especialmente, cuando se resisten a que le oren, o hacen movimientos violentos o rápidos cuando se le está ministrando. En estas ocasiones, es necesaria la ayuda de varias personas para que aguanten a la persona. He observado que hay algunos demonios que desean destruir el cuerpo de la persona endemoniada. En estos casos, tienden a golpear partes del cuerpo de la persona, a través del mismo movimiento que hacen. En algunas ocasiones, he visto demonios que tratan de romperle la cabeza a la persona, dándole a la cabeza contra el piso. En estos momentos ha sido necesario agarrarle la cabeza a la persona, para que no se afecte.
En otros casos de violencia, hay personas que bajo la influencia de los demonios, reparten golpes, o le pueden romper la ropa al que ministra. Otros ejemplos de violencia que se observan son el tratar de soltarse de aquellos que lo están aguantando, o el tratar de escapar corriendo para que no le ministren. Es por eso necesario, que haya más de una persona cuando se le está ministrando liberación a una persona que está endemoniada.
4) INSTINTO SUICIDA/MASOQUISMO - En cuanto a los demonios suicidas, esto se refiere a demonios que buscan matar a la persona. Puede haber personas que quieran tirarse por un barranco, o desde un lugar alto, otros corren el carro a una velocidad exagerada para chocar, etc.
Los demonios masoquistas, se manifiestan tratando de maltratar, o golpear el cuerpo del endemoniado. En estos casos, debe haber varios hermanos que puedan agarrar con firmeza a la persona atada, de forma que no se golpee. Estos demonios pueden incluso golpear a los que agarran a la persona atada, usando los mismos movimientos violentos, y de destrucción, de la persona a la que se le está ministrando.
5) FUERZA SOBRENATURAL - Las personas atadas por demonios tienen una fuerza tremenda, que aun pueden levantar cosas pesadas, y mover a personas más pesadas que la misma persona atada.
6) CONOCIMIENTO SOBRENATURAL - Algo que es común en los demonios, es el conocimiento sobrenatural de mucha información. Los demonios conocen todos los hábitos, defectos, personalidad, y forma de ser de la gente. Cuando un demonio habla a través de una persona, puede revelar información que aún la misma persona atada desconoce. La persona habla por su boca la información, pero no es la persona, sino el demonio hablando por ella, y revelando datos ocultos. Ejemplo de esto lo vemos, cuando el demonio se identifica por su nombre (el cual la persona no sabe), y menciona cómo entró en la persona, cuándo entró, qué planes tiene con la persona, etc. Debemos recordar que en una gran cantidad de ocasiones, la persona está inconsciente y desconoce lo que está ocurriendo, debido a que el demonio tiene el control total de la persona. Una vez terminado el proceso de liberación, la persona se sorprende de todo lo que hizo mientras el demonio tenía el control de ella, y manifiesta que no supo si habló, se arrastró, gritó, etc.
Tuvimos un caso, donde una persona comenzó a visitar la iglesia, y a tratar de servirle al Señor. Esta persona tenía un problema muy grande, pues tenía demonios fuertes que tomaban control de ella a tal grado, que se "iba del mundo" (ósea quedaba inconsciente, pero caminando, guiando, etc.), y no sabía ni lo que hacía. Esto siempre comenzaba con un terrible sueño que le daba. Ella creía que estaba durmiendo, pero en realidad ella estaba despierta y haciendo cosas, comprando, etc. Un día se manifestaron los demonios en ella, y dijeron que ella había sido entregada al diablo desde pequeña, ya que su mamá la había entregado a los demonios a través de una ceremonia que incluyó sangre de menstruación de la mamá. Ella no sabía nada de eso, hasta que se le dijo toda la información que los demonios revelaron. Ella no lo dudó, pues sabía que su madre era espiritista, y desde niña ella había conocido esas prácticas de espiritismo al ver a su madre en esas cosas. Todos entendimos porqué ella tenía experiencias tan "raras", y ella también lo entendió. Sólo recibió una liberación parcial, pues necesitaba orar y ayunar para ser totalmente libre, pero no lo hizo como debía, pues ella siempre ha tenido problemas para afirmarse en el Evangelio. Luego, comenzó a dar muchos problemas en la iglesia, y se fue de la iglesia.
7) EXCESIVA RELIGIOSIDAD FANÁTICA - Aunque parezca raro, hay demonios religiosos. Estos demonios mueven a las personas a un nivel de religiosidad exagerada, que los llevan a prácticas no bíblicas. Ejemplo de esto lo tenemos, en aquellos musulmanes fanáticos que se envuelven en guerras, atentados suicidas (donde ellos mismos se suicidan junto a las personas que quieren matar, creyendo que al hacer eso ya tienen el "cielo" gano), y otros ataques como el tan conocido ataque de Osama Bin Laden a las torres gemelas de New York, etc. Cuando se le pregunta a estas personas el porqué hacen eso, ellos están totalmente convencidos que están haciendo la voluntad de Dios, pues el diablo los tiene engañados.
Otros demonios religiosos llevan a las personas a doctrinas de error, a doctrinas que prohíben casarse, doctrinas que prohíben comer carne, o comidas derivadas de animales como huevo, leche, etc. La Biblia sí prohíbe comer sangre (morcillas, carnes con su sangre, carnes del DELI como "roast beef rare" [casi crudo], o demás piezas de carne sin que se le haya sacado la sangre, o cocinado bien. HECHOS 21:25, HECHOS 15:2O. También la Biblia prohíbe el tomar bebidas embriagantes (ron, cerveza, vino, sidra, champagne, aguas con licor, refrescos con licor, piña colada con licor, vino de cocinar, mabí, y TODO lo que sea licor, y sea fermentado o embriagante), ya que no son aceptables para el creyente (PROVERBIOS 2O:1, PROVERBIOS 23:31-33, 1 CORINTIOS 5:11, 1 CORINTIOS 6:9-1O,), pero las demás comidas son aceptadas.
8) MUDEZ U OTRA ENFERMEDAD - Hay muchos casos de mudez que son demonios, y no enfermedades. Una vez que los demonios salen, la persona habla de lo más bien.
Tuvimos también una experiencia en la iglesia en donde una niña de la iglesia agarró un demonio bien fuerte (lo cogió de un familiar inconverso que vino a visitar, y el cual estaba bien cargado de demonios). Al principio todo el mundo creía que era un virus del estómago (por los síntomas), y se les pegó a algunas personas de la iglesia que eran miembros de su familia (pues había 3 familias adicionales a la de ella, que eran familiares de ella, y eran de la iglesia también). Luego, nos dimos cuenta de que no era un virus, pues oramos por algunos de ellos, y se le quitaban los síntomas inmediatamente. En adición a esto, no le dio a todo el mundo, sino a algunos. A dos hermanos que estaban orándole a algunos de los que estaban con aquella plaga, se les trataron de pegar esos demonios al instante (eso no es normal con un "virus" el cual viene al pasar los días).
A una hermana que estaba ministrándole a una de las niñas afectadas, estos demonios la atacaron fuertemente, pero pudo ser libre de ellos al mantenerse en oración y reprensión. Cuando las personas reprendían al diablo, se les quitaba. Si los afectados volvían a estar en contacto con la persona que originalmente trajo aquellos demonios (ósea el familiar inconverso y bien atado de demonios), volvían a recibir el ataque. Aquella plaga no se fue de los alrededores de los hermanos de la iglesia, hasta que el que trajo la plaga de demonios (el familiar que no era cristiano), no se fue del área. Lo extraño es, que este familiar inconverso no tenía NINGÚN SÍNTOMA NI MALESTAR, NI ESTABA ENFERMO.
Como podemos ver, hay algunas condiciones de salud, que parecen enfermedades comunes, pero en realidad son demonios, y hay que saberlas distinguir, para que no nos engañen. En LUCAS 4:38-39, vemos que Jesús reprendió la fiebre de la suegra de Pedro. Si la reprendió, entendemos que estaba echando fuera un DEMONIO de enfermedad.
9) LENGUAJE OBSCENO - Las malas palabras, y demás formas de hablar que envuelven expresiones vulgares cargadas de doble sentido (ósea haciendo énfasis en la sexualidad), o incluso expresiones abiertamente inmorales que no disfrazan el asunto, sino que son habladas sin vergüenza, son notables en personas endemoniadas. Esto ocurre así, debido a que los demonios no tienen ninguna moral, ni respeto, y por eso les gusta hablar inmundicias. Una persona seria, decente, y espiritual jamás se envolverá en este tipo de conversaciones. Hay personas que están tan endemoniadas, que la mayoría de su conversación es de tipo obsceno, ya que están bien atados a demonios de esta categoría.
1O) CONTORCIONES, RESPIRACIÓN FORZOSA, AGITACIÓN-Esto es muy común en las personas endemoniadas. Cuando los demonios se manifiestan, la persona puede sacudirse, dar patadas, puños, moverse como una culebra, darse contra el piso, etc. La persona también puede tener respiración forzosa o agitada. Esto se observa rápidamente, debido a que no se ve como una respiración normal, sino que a veces podría hasta parecer la de un toro, o algún otro animal de este tipo.
11) MIEDO ATERRADOR - Cuando hay demonios en un lugar, la persona siente miedo. A pesar de eso, luego que las malicias se van, o se sale del lugar, la persona queda normal y sin temor. Por el contrario, muchas veces cuando una persona está endemoniada, siente un terror, y temor tal, que no se le quita hasta que se le ministre.
Tuve la oportunidad de ministrarle a una joven, que luego de tomarse una bebida que su tía bruja le ofreció, comenzó a tener unos temores terribles que no la dejaban en paz. Esto fue a tal grado, que tuvo que pedir oración, y salieron de ella más de 13 demonios que acompañaban la bebida (la cual había sido "ungida" en nombre de esos 13 demonios diferentes).
12) MÚLTIPLE PERSONALIDAD - Aún cuando esto es un desorden mental que padecen algunas personas (y del que pueden recibir sanidad, y liberación de parte de Dios), es cierto que cuando los demonios tienen atada a una persona tomando control de ella, la hacen comportarse de una forma, y luego puede cambiar y comportarse de otra forma, trayendo confusión a amigos y familiares, los cuales a la larga, no saben cómo tratar a la persona, y muchas veces ocurren divorcios, rompimientos de amistad, etc., por causa de los cambios bruscos y exagerados que da 6 la persona en su forma de ser. La persona a veces es tímida, otras veces es atrevida, otras cariñosas, otras controversiales, agresivas, etc. A veces se cree que la persona está contenta, y no lo está. Pasa de un estado de euforia (un nivel alto de alegría y energía) a depresión (un nivel bajo de alegría, y alto de enojo, tristeza, pesar, y desánimo). Estos cambios pueden ocurrir hasta en segundos (en casos de personas con demonios de personalidad múltiple, o muy atadas).
Personalmente conocí a una jovencita a la cual tuve que ministrarle en diversas ocasiones. Ella tenía 2 personalidades en adición a su propia personalidad. Una de las personalidades imitaba a una modelo muy conocida en aquellos días. La otra personalidad, era una roquera (fanática de la música rock) muy rebelde y violenta. Ella en su personalidad real, era una joven muy sensible y llevadera.
Cuando caía en la personalidad de modelo, iba a un hotel muy conocido, y la tenían en los casinos animando a la gente para que jugara. También el demonio la sacaba de su casa en algunas noches, y la llevaba en ropa de dormir provocativa ("baby doll"), para la plaza del pueblo.
En los momentos en que caía en la personalidad roquera, era violenta, y se iba a ciertos lugares específicos del pueblo.
Ella tuvo que venir a Cristo de verdad, para poder ser libre de aquellas manifestaciones de demonios.
13) ESPÍRITU DE MUERTE - Cuando este demonio se manifiesta, la persona actúa como si estuviera muerta, con ojos vidriosos, mirada perdida (ósea que no da señal de que está consciente), o con los ojos cerrados. La persona puede estar inmóvil, y no responde cuando se le llama. Estos demonios son bien fuertes para reprender, y tardan en salir en ocasiones. Observen que no estamos diciendo que la persona se murió realmente, sino que un "espíritu de muerte" la está atando. Este demonio se manifestó un par de veces en nuestra iglesia, y fue una batalla muy fuerte para sacarlo.
14) PARÁLISIS PARCIAL O TOTAL - En estos casos, la persona está consciente, pero no puede mover ciertas áreas de su cuerpo, o puede tener una parálisis total, y por lo tanto no puede mover ninguna parte de su cuerpo. No nos referimos a parálisis por accidentes, fracturas de espalda u otros, sino a demonios que paralizan a la persona de momento (sin previo aviso, o síntoma, y en segundos). Este caso es más fácil que el anterior (ósea el #13), ya que por lo menos la persona puede cooperar reprendiendo, y alabando al Señor. Este demonio también se manifestó un par de veces en nuestra iglesia.
15) MUECAS FACIALES Y RISAS - En muchas ocasiones cuando las personas están atadas por demonios, pueden hacer muecas con la cara, o reírse de forma diabólica. No es la persona quien hace la mueca, sino el demonio que se está manifestando a través de la persona.
b. EMOCIONES QUE EXPERIMENTAN LAS PERSONAS ATADAS POR DEMONIOS
1) CONFUSIÓN - Las personas atadas por demonios, sienten una gran desorientación, pues saben que algo está raro o diferente en ellos, pero no pueden captar claramente lo que es. Algunas personas hasta pueden caer en depresión, o en pensamientos suicidas, si no logran recibir liberación a tiempo.
Esta confusión puede llevarlos a tomar decisiones rápidas en su familia, o hasta divorcios, etc., al no saber qué les pasa, y no saber porqué está teniendo problemas con familiares y amigos.
2) DEPRESIÓN - Hay muchas personas que ya están endemoniadas (alcoholismo, prostitución, etc.), pero en adición a estos demonios, vienen demonios de depresión y los atacan, a causa de las mismas ataduras que estas personas tienen. Estos demonios depresivos empeoran las condiciones originales de la persona (alcoholismo, drogadicción, etc.). Personas que están atadas con demonios de lesbianismo, pornografía, alcoholismo, homosexualismo, bisexualismo, prostitución, drogadicción, etc., son muy propensos a ser atacados por demonios de depresión, pues estas personas tienen episodios de culpabilidad, donde aborrecen la condición en que se encuentran. Estos sentimientos los aprovechan los demonios para atacarlos con la depresión. Las personas que se encuentran en estas condiciones, necesitan liberación antes de que caigan en etapas depresivas profundas, en las cuales puedan llegar aún al suicidio, destruyendo su vida, y perdiendo toda oportunidad de salvación.
La depresión es un estado emocional que siempre tiene causas espirituales. Muchas personas señalan algunas razones que pudieran verse como posibles causas de la depresión (según los doctores) como: desbalance hormonal en el cuerpo o traumas lamentables (accidentes, muertes, enfermedades, etc.). Al diablo le interesa que la gente crea que la causa es física, o emocional, y no espiritual, ya que así, jamás lo pueden sacar fuera, debido a que la persona va a seguir dependiendo pastillas, terapias, etc., creyendo que es una enfermedad, y no lo que realmente son: demonios. La realidad es que la propia persona es la que decide permitir que ese sentir entre en su vida, y que esos demonios se apoderen de su mente, y su corazón. El simple hecho de que la persona quiera autodestruirse en suicidio, que no quiera comer, que se abandone en su baño y apariencia, etc., es indicativo de que hay demonios detrás del asunto. Nadie con su mente clara va a querer realizar esas acciones.
3) ANGUSTIA - La mayoría de las personas que están atadas por demonios, sienten una angustia terrible. Esta angustia es experimentada, por lo general, sólo por personas oprimidas, obsesionadas, y por casos de posesión parcial. Quiero aclarar que esto es así, en aquellos que no se han rendido a una posesión total, ya que en estos casos de posesión completa, la persona está ajena de lo que hace (como por ejemplo en casos de locura crónica), o se ha acostumbrado a esos demonios (por ejemplo: homosexualismo, prostitución, drogadicción, etc.).
Cuando hablo de angustia, me refiero a una ansiedad mezclada con miedo, y un sentimiento de que nunca se recibirá alivio del malestar emocional, físico, o espiritual que se está sufriendo. Muchas personas que sienten esta angustia saben lo que deben hacer, y piden la oración en cultos, campañas, etc. Muchos son libres, pero otros buscan la oración en lugares equivocados en donde no hay poder y autoridad suficiente para que puedan recibir liberación. En estos casos, la angustia continúa hasta que reciba liberación, sea ayunando y orando intensamente, o encontrando una iglesia de unción. Hay ocasiones en que es necesario una combinación de 8 esfuerzo de ayuno y oración de la persona, en unión a la oración de liberación, para que la persona sea libre.
Hay otros casos en donde la persona desconoce que lo que tiene es espiritual, y termina en psicólogos, psiquiatras, tomando pastillas, y aún otros recurren a la droga, el alcoholismo, las fiestas, etc., para tratar de "olvidarse" del problema y la angustia.
La única solución es Cristo, ya que sólo Él liberta a los oprimidos por el diablo.
4) INSTINTOS SUICIDAS - La confusión, la depresión, y la angustia, lleva a muchos a considerar el suicidio como una alternativa para salir del sufrimiento. Esto es una equivocación que le costará la salvación a la persona. Si la persona desconoce que lo que tiene son demonios, puede llegar al suicidio, pero esto sólo empeorará su problema, pues tras que pierde la oportunidad de salvación, en el infierno será más atormentada.
5) DESESPERACIÓN - Esto implica una intranquilidad todo el tiempo, a nivel tal, que la persona no tiene paz, y está en nerviosidad buscando algo que quite su mente del problema. Sólo Cristo puede quitar la desesperación, y liberar la persona para que tenga paz. Cuando los demonios están atando a una persona, habrá intranquilidad mientras la persona lucha por no ceder a los demonios. Una vez que la persona cede, y se deja posesionar, ya se acostumbra a ellos.
6) TEMOR - Este temor surge al ver el ataque del diablo en su cuerpo, emociones, mente, o espíritu. La persona sabe que hay algo que le está molestando. Si sabe que son demonios, puede tener temor. Si no sabe lo que es, también se llena de temor al experimentar los síntomas.
c. ALGUNOS PUNTOS GENERALES
1) Cuando un demonio posee un cuerpo humano, el demonio emplea la voz de la persona, su vocabulario, y los rasgos de su personalidad (incluso frases comunes, y hasta la entonación con la que habla). Es por eso, que a veces la persona que ve y oye, no cree que sea un demonio, sino que piensa que es la misma persona la que reacciona así porque quiere. Incluso, mucha gente que desconoce que son demonios, se sienten raros de cómo están actuando (sabiendo que ellos no son así), pero piensan que ellos son los que están pensando, hablando, o actuando, y se justifican diciendo: "Yo no sé lo que me pasó, pero pensé, o hice esto y aquello, aunque yo no quería decirlo, pensarlo, o hacerlo."
Muchas personas que están en las cárceles, no entienden cómo hicieron cosas malas, cuando realmente ese no era su deseo. Cuando estas personas reciben liberación, no sienten deseos de hacer lo que hacían, pues se dan cuenta de que una fuerza maligna fue la que los impulsó a hacerlo.
2. Los demonios pueden llevar a una persona al insomnio (no poder dormir), a dejar de comer etc. Esta es un arma que usa el diablo para debilitar la mente y la fuerza física de la persona. El propósito, es tomar la mente y el cuerpo de la persona, para atarlo más y más. Cuando una 9 persona se da cuenta de esto, debe buscar comer y dormir como sea, pues no le puede dar cabida al diablo.
Recuerdo un caso de un hombre que se había quedado en un viaje de drogas, y no podía salir de esa experiencia. Después que Dios hizo la obra de liberación (y que lo levantó de su cama en donde estaba postrado por tener sus piernas completamente accidentadas), este hermano estaba viniendo poco a poco a la iglesia, y le gustaba, de forma tal, que hasta estaba deseoso de bautizarse. A veces su hermano se quedaba en su casa, y no venía a la iglesia, y por tanto, no lo traía tampoco a él. Así sucedió, que este hermano se fue descuidando en la vida espiritual. Luego de un corto tiempo, el diablo vino a atacarlo. Lo primero que me dijo era que no podía dormir. Nosotros le oramos. En el próximo culto ya llevaba tres días sin dormir, y le volvimos a orar. Luego estuvo unos días sin venir (su hermano no lo traía). En un par de días, nos enteramos de que el hermano estaba otra vez en el viaje de drogas y completamente demente (loco), a un nivel tal, que andaba en la calle con un montón de paños, collares, correas, sin camisa, haciendo el ridículo con la apariencia que tenía, y totalmente despistado. A pesar de eso, siempre que veía a mi esposo, lo saludaba, y mi esposo lo invitaba para la iglesia, pero nunca vino. Como vemos, esto fue una combinación de ausentarse, dejar al diablo dominar su mente, y no dormir. No sabemos qué pasó luego con él, ya que salimos para Estados Unidos.
3) Hay personas que tienen demonios religiosos, y tienen tal apariencia de piedad, que hasta profetizan, hablan lenguas, predican, ministran, y aparentan ser de Dios, pero son del diablo. Observen HECHOS 16:16-17, donde Pablo tuvo que reprender el espíritu de adivinación en la muchacha, la cual estaba diciendo una verdad (pues decía que Pablo era un siervo de Dios), pero era un espíritu religioso de adivinación, y no era Dios. Recordemos que para saber si algún predicador es de Dios o no, debemos ver sus frutos, el mensaje que predica, y su testimonio. Estos tres puntos nos ayudan a conocer quién es quién.
4) Todos los demonios no son iguales, ni actúan de la misma forma. La forma en que actúa un demonio depende de su categoría. Un demonio de destrucción, va a llevar a la persona a destruirse a sí misma; sea físicamente, emocionalmente, o de otras formas. Un demonio de temor, llena a la persona de tanto miedo, que la incapacita en el área del temor (por ejemplo, si tiene miedo a los aviones, va a estar incapacitada para viajar en avión, etc.). Un demonio de ira, lleva a la persona a unos corajes terribles. Un demonio de charlatanería, lleva a la persona a estar con una actitud de broma y charlatanería continua, etc.
5) Los demonios atan a una persona en diferentes grados (opresión, obsesión, y posesión). Dentro de cada categoría, hay diversos grados. Hay gente oprimida que tiene una opresión leve, mientras que otros tienen una opresión mayor. La obsesión tiene un grado mayor que la opresión, pero menor que la posesión, y ataca mayormente la mente. La posesión es la atadura más grande. Cuando una persona está poseída por demonios, éstos consideran a esa persona como su casa, y entran y salen de acuerdo a su voluntad. Es por eso que requiere consagración, fuerza espiritual, y autoridad espiritual para echarlos fuera, pues ya se han acostumbrado a estar en ese cuerpo. Los demonios no van a querer irse tan fácilmente, y si salen, tratarán de regresar, y hacer fuerza por conquistar el terreno perdido. Por esa razón, lo más importante para una persona cuando recibe liberación, es no descuidarse espiritualmente, sino orar y ayunar, para que cuando el diablo venga a dar la vuelta para querer entrar, la persona esté fuerte espiritualmente, y el 10 demonio se dé cuenta de que realmente ha perdido su "casa". Esto requerirá de varias rondas en las que el diablo buscará regresar, pero si la persona se mantiene consagrada, podrá vencer.
Una persona que no haya recibido liberación, tiene la puerta abierta en todo tiempo para que el demonio entre, y por eso, el demonio entra y sale a su voluntad, ya que la persona no tiene control sobre la situación.
Si una persona recibe liberación, pero no mantiene una vida espiritual suficiente como para enfrentar y vencer el ataque, volverá el demonio a tomar el control, y necesitará la persona que se le ministre liberación nuevamente. Conozco de casos en que las personas siguen en el ciclo de ser libres y atadas, libres y atadas, hasta que Dios se cansa del descuido espiritual y desobediencia de la persona, y la entrega al diablo; sea para salvarse por fuego (ósea pasando pruebas, y sufrimientos terribles que llevan a la persona a humillarse, y al final del proceso la persona se salva, pero muriendo en circunstancias difíciles), o en casos peores, la persona es entregada al diablo para perdición.
Por eso no se debe jugar con Dios, y con la liberación. El deber de la persona es mantener la liberación una vez que el Señor la liberta.
6. Mientras mayor sea el tiempo que un demonio haya atado o poseído un cuerpo humano, mayor será su poder sobre la persona poseída, y más difícil será echarlo fuera, pero NO IMPOSIBLE, porque Dios tiene todo el poder. Esto ocurre así debido a que el demonio se acostumbra a estar ahí, hace casa en la persona, y no va a estar de acuerdo en salir fácilmente sin pelear hasta el último momento. Igualmente, la persona también se acostumbra a tener a ese demonio en su cuerpo, mente, o espíritu, y continúa la conducta que el demonio le obliga a realizar. Si la persona se descuida, le deja la puerta abierta al diablo otra vez para que se vuelva a meter en la persona. Esto se puede convertir en un ciclo. El demonio es sacado, la persona sigue en la misma conducta de pecado, el demonio vuelve y entra, y no quiere salir, entonces se batalla, y se saca en el nombre de Jesús, luego la persona se vuelve a atar, etc. Ejemplo: un alcohólico por 3O años.
Si el demonio lleva poco tiempo en la persona, es más fácil sacarlo, debido a que no se ha establecido firme, y por tanto, no ha echado raíces en la persona, ni la persona se ha acostumbrado a tenerlo en su vida. Por esta razón, es más fácil echarlo fuera, ya que la misma persona, al no estar acostumbrada a tenerlo, se siente incómoda o nerviosa con ese demonio encima, y trata de salir de él a través de liberación. La presencia del demonio es desenmascarada y no puede ocultarse, por lo tanto, se ve obligado a abandonar el cuerpo de la persona.
7. MATEO 12:43-45 dice: "Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo, y no lo haya. Entonces dice: Volveré a mi casa de donde salí; y cuando llega, la halla desocupada, barrida, y adornada. Entonces va y toma consigo otros siete espíritus peores que él, y entrados, moran allí; y el postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero. Así también acontecerá a esta mala generación."
Cuando los demonios son echados fuera, procuran volver a entrar a la persona de donde salieron, debido a que andan por lugares secos que le impiden manifestarse abiertamente. Sabemos que los demonios son espíritus sin cuerpo, y por lo tanto necesitan un cuerpo para manifestarse. Su 11
preferencia son cuerpos humanos, y luego cuerpos de animales. Su última alternativa son objetos. Dado que ellos buscan un cuerpo, una vez que han vivido en el cuerpo de una persona, no abandonan su lugar tan fácilmente, sino que luchan por quedarse en el lugar. Si son echados fuera, dan la vuelta para entrar, y si encuentran el lugar vacío (por no estar la persona llena del Señor y del Espíritu Santo), entran nuevamente a la persona. En esta ocasión, no entran solos, sino que buscan siete demonios peores que ellos, para que así sea más difícil el que los saquen en la próxima ocasión. Esto lo hacen los demonios para asegurarse su estadía en la persona. No es que la persona no pueda ser libre, sino, que tendrá que esforzarse más, y la lucha será más fuerte para mantener su nueva liberación. Parte de la razón por la que se le hace más difícil a la persona, es porque pierde temor a la caída, se acostumbra a esa conducta, y eso hace que no se sienta temeroso de ceder al pecado. Mientras más veces cae, menos temor desarrolla a fallar, y por lo tanto, es más difícil poner un freno al descuido. Conozco un hombre que se ha apartado del evangelio por lo menos 16 veces. Cuando llega a la iglesia, llora y se emociona, pero el mismo hecho de haberse apartado tantas veces, le impide perseverar, pues rápido viene la duda de que pueda mantenerse firme, y por tantos demonios que ha cogido al apartarse tantas veces, es bien difícil que tenga la fuerza espiritual necesaria para enfrentar la tentación que le presente el diablo. Por el mismo hecho de estar apartado tantas veces, el diablo no lo soltará tan fácilmente, y necesita realmente un gran impacto espiritual para poder permanecer. Es por eso, que las personas que reciben liberación deben llenarse del Señor, y mantener su liberación.
Por otro lado, escuché el testimonio de un hermano que se apartó 1O veces, y cuando volvió a reconciliarse la última vez, lo hizo para siempre y está en victoria. Estos son casos especiales. Muchas veces Dios cierra la puerta, cuando ve que ya la persona está jugando con el Evangelio.
2. PASOS PARA COMENZAR LA REPRENSIÓN
a. REQUISITOS QUE DEBE CUMPLIR LA PERSONA ATADA
Cuando a una persona se le va a ministrar liberación, es importante que esté en una actitud de cooperación. Habrá casos en que la persona está totalmente inconsciente, y son los demonios los que se están manifestando completamente. En estos casos, se debe reprender con toda autoridad, ya que los demonios se han manifestado, y lo que queda es echarlos fuera. Al final, la persona recibe la liberación, y se "entera de lo que pasó" cuando los demás le cuentan lo ocurrido.
Por otro lado, cuando no hay demonios manifestados, pero se sabe que la persona está atada, o la persona pide la oración por liberación, es importante que la persona a ser ministrada cumpla con unos requisitos básicos.
Dentro de estos requisitos tenemos los siguientes:
1) HUMILDAD - La persona debe ser humilde, y reconocer su necesidad de recibir liberación. Si la persona tiene orgullo, altivez, o espíritu de justificación, no podrá recibir liberación, pues se debe tener una actitud de humillación ante Dios, reconociendo que sólo Él puede libertar a los cautivos por el diablo.
2) HONESTIDAD - La persona debe reconocer su condición y su pecado, delante de Dios. Una persona que quiere aparentar que está bien, y no acepta, ni reconoce su estado de pecado, no podrá recibir liberación, pues la misma persona no se humilla delante de Dios, ni se arrepiente, lo que le cierra la puerta a Dios para poder trabajar en su vida.
3) RENUNCIA - La persona debe estar totalmente arrepentida de su pecado, y deseosa de renunciar a toda atadura. Todo objeto relacionado con el pecado debe ser botado. Igualmente, se debe ver en la persona una señal de tristeza por haberle fallado al Señor. En el caso de inconversos (personas que no se han convertido), debe observarse un deseo de querer cambiar su vida. Si no hay una renuncia verdadera, no van a salir los demonios, y si algunos de ellos salieran, regresarán pronto, y la persona volverá a estar atada.
4) ENTENDER EL PROPÓSITO DE LA LIBERACIÓN - La persona debe entender que la liberación no es para descansar o quitarse la carga de demonios de encima, y luego seguir pecando, sino que la liberación tiene el propósito de ayudar a la persona a levantarse espiritualmente para servirle al Señor con libertad.
5) PERDONAR - La persona tiene que perdonar y olvidar. Una persona atada que insista en no perdonar, no puede ser libre, porque la misma falta de perdón, le es piedra de tropiezo, y si recibe liberación, será parcial, y no total.
6) ORACIÓN - La persona debe orar de corazón, pidiéndole a Dios liberación total para su vida. Luego de la liberación, debe continuar con una vida de oración y ayuno que le ayude a mantenerse libre.
7) Un último requisito que vamos a considerar, es que la persona debe darle a entender al diablo que no desea seguir relaciona con él.
b. PREPARACIÓN Y PROCESO DE REPRENSIÓN
1) El que ministra liberación debe tener suficiente ayuno y oración acumulados, de forma que SIEMPRE esté preparado para ministrar. El ayuno y la oración rompen cadenas. MARCOS 9:28-29. Recuerden que nunca se sabe cuándo surgirá un caso que necesite que se ministre. Estas cosas a veces no avisan, y si no se está preparado, no se va a poder ministrar con autoridad y unción del Espíritu Santo. Una joven me contó cómo al ir al baño de su escuela, se encontró con una experiencia increíble, ya que tuvo que ministrarle liberación a una joven, allí mismo en el baño. ¡Imagínense qué situación tremenda!
2) Los que ministran deben tener fe en la autoridad que se le ha dado a la iglesia a través del nombre de Jesús, y del poder de la sangre de Cristo. MARCOS 16:17.
3) Las personas envueltas en la ministración, tanto el que dirige la ministración, como los que le están ayudando, y el resto de la congregación, deben de estar en comunión. Esto logra dos propósitos. Por un lado, ayuda a que haya más libertad en el espíritu para ministrarle a la persona atada, y por otro lado, impide que los demonios que salen de la persona atada entren en otra de las personas presentes en el lugar. Aún los niños, deben estar en comunión. No creo en la idea de sacar a los niños cuando se está ministrando (a menos que sean casos extremos de demonios de línea sexual cuya manifestación sea aberrante e indecente). Los niños deben aprender a conocer las manifestaciones de demonios, y conocer el mundo espiritual para que no se dejen engañar por el diablo. Muchas personas piensan que esas cosas son muy "fuertes" para los niños. Yo creo que lo que los niños están viendo y aprendiendo en las escuelas, televisión, internet, etc. está al mismo nivel, o hasta peor. Nosotros tuvimos niños en nuestra iglesia que aún con tres años veían los demonios, y los describían. Estos niños (cuyas edades fluctuaban entre 3 a 12 años) estaban llenos del Espíritu Santo y veían los demonios, los reprendían, ayudaban en la ministración, etc. Ninguno de ellos estaba "traumatizado" con estas experiencias. Creo que el diablo se ha encargado de engañar a muchos líderes para que no permitan a los niños en las ministraciones, de esta forma, el diablo les enseña por allá en la escuela, y en casa de sus amigos, acerca de la magia de Harry Potter, brujería, satanismo, etc., pero no aprenden a combatir con los demonios, para que cuando los ataquen sepan resistirlos. No ignoremos los planes del diablo. Enseñemos a nuestros hijos toda la doctrina de la Biblia, incluyendo la doctrina de echar fuera demonios, que también es parte del cristianismo. Enseñémosle la autoridad que tiene la iglesia para reprender los demonios. Muchos niños y jóvenes buscarán poderes espirituales a través del diablo. Enseñémosle el poder que hay en el nombre de Jesús.
4) Personas que sean muy débiles espiritualmente, recién convertidos, o visitas que no conocen sobre la reprensión de demonios, deben ser despedidos en oración del lugar (posiblemente despidiendo el culto), si se observa que se están manifestando demonios fuertes o en gran cantidad, y que ya se están regando y comenzando a atar a algunas personas en el culto. Esto es una alternativa de emergencia, pues se recomienda que la gente vaya aprendiendo a reprender, y a ponerse en comunión. Es lo mismo que les señalé en el punto # 3, donde les dije que los niños deben aprender a ver estas experiencias como parte del cristianismo, y no se les debe sacar del culto cuando hay estas manifestaciones (salvo en casos extremos que ya señalé en el punto #3).
En estos casos donde los demonios están pasándose de persona en persona, no se quiere estar toda la noche reprendiéndole los demonios a todo el mundo, y es un momento indicado para movilizar a aquéllos que puedan ser víctimas de esta situación, ya que cuando se corren los demonios por diferentes personas en la iglesia, esto resulta muy agotador para el que ministra. Tuvimos esta experiencia en nuestra iglesia en algunas ocasiones. Hubo un caso bien impactante que ocurrió cuando una persona que estaba visitando la iglesia una noche, lanzó graves maldiciones contra la iglesia en el mismo culto, y luego se fue. Casi le tuvimos que ministrar al 9O% de la iglesia. Salimos tarde del culto, y cansados de ministrarle a tanta gente a la vez. En este caso especial, no era posible despedir el culto, pues la mayoría de la gente presente caía rápidamente con terribles dolores de cabeza, nauseas, temblores, etc., de forma que no nos daba tiempo, ni oportunidad, para despedir, y continuar ministrando a los afectados.
Por otro lado, hubo ocasiones en donde preferí esperar hasta que terminara el culto, para ministrarle a una persona que me había pedido oración de liberación. Esto lo hice así, de forma que las personas que no estuvieran en la comunión necesaria para apoyar la ministración (porque se necesitaba mucha comunión y no la había), salieran del lugar (en estos casos les exhortábamos a salir sin detenerse mucho en el templo, para que no se perdiera la comunión en el grupo que quedaba para ministrarle a la persona atada). En otras ocasiones, nos poníamos de acuerdo con la persona para ministrarle durante el día, o en otro lugar, para así poder hacerlo en privado, 14 especialmente si ya sabíamos los tipos de demonios que íbamos a reprender, y entendíamos que no eran asuntos propios para que toda la iglesia se enterara.
Es por eso necesario pedirle sabiduría a Dios en estos casos, para ver qué es lo mejor para cada situación.
5) Velar porque la persona no se golpee. Muchas veces hay demonios violentos, y no tan sólo se necesita estar alerta para no recibir un golpe, sino también velar que el demonio no golpee a la persona atada. He visto demonios tratando de romperle la cabeza a la persona (a algunas personas los demonios las levantaban del piso para tomar una posición casi sentadas, y luego rápida y violentamente eran tirados para atrás con el propósito de romperle la cabeza con el piso). En estos casos es necesario agarrarle la cabeza a la persona. Hay demonios que también buscan golpear otras partes del cuerpo, pero lo más común es la cabeza. Se debe tener a alguien (que no sea el que ministra), agarrándole la cabeza a la persona. Se recomienda que no sea el que ministra, para que tenga más libertad para agarrar a la persona (en casos de demonios violentos), o para hacer otras movidas. Esta persona que ayuda, también debe estar en comunión y actitud de reprensión. Si no se logra tener a alguien ayudando, el mismo que ministra debe agarrarle la cabeza a la persona que se le está ministrando.
6) Si la persona atada ha estado en el ocultismo, o ha vendido su alma al diablo, debe hacer una oración de renuncia a todo poder recibido, o a todo vínculo con el diablo. Luego entonces, se debe proceder a reprender, y echar fuera esos demonios. La razón por la que sugiero este proceso, es porque al no renunciar a estos poderes, se dificulta la liberación. Recordemos que la persona voluntariamente hizo pacto con el diablo, y le sirvió, por lo tanto, la misma persona necesita romper el pacto que hizo con el diablo. En los casos de espiritismo, aunque no haya un pacto formal con el diablo (ósea con sangre), sí hay un conocimiento de que se está trabajando con demonios y espíritus del diablo (aunque ellos digan que son "buenos espíritus"), y por lo tanto, hay que renunciar a todo poder o don que el diablo le haya dado a la persona.
Este detalle es muy importante entenderlo, porque aún personas que han renunciado a estos poderes, han visto que esos demonios no quieren irse, y ha habido que batallar con ellos, imagínense personas que no han renunciado a esos poderes. A estas personas que no renuncian, se les hará difícil servirle al Señor con toda libertad hasta que no sean totalmente libres.
7) Luego de la ministración, hay que explicarle a la persona que estaba atada lo siguiente:
a) Los demonios pueden dar la vuelta para tratar de entrar, pero la persona debe reprenderlos en el nombre de Jesús, pues la Palabra le da la autoridad para hacerlo.
b) Explicarle cómo y porqué la gente es atada por los demonios, para que la persona se cuide de no darle cabida a los demonios para que vuelvan a entrar.
c) Orientar a la persona que fue ministrada, para que entienda la importancia de botar, romper, y deshacerse de todo objeto que tenga relación con la atadura que tenía (Por ejemplo: retratos, cigarrillos, imágenes de dioses o santos, etc.). De igual forma, se le debe orientar en cuanto a no visitar o estar en lugares en donde se muevan los demonios que antes tenían (Por ejemplo: puntos de droga, bares, cines, etc.), y no practicar cosas que lleven a la persona a atarse al pasado y al pecado (Por ejemplo: bailes, fornicación, ropa pegada, etc.). De esta forma la persona comprende, que tiene que poner de su parte para evitar el volver a atarse.
d) Explicarle que habrá ocasiones en que se recibirá persecución (por estar en el evangelio), tanto de familiares, amigos, o particulares, pero que eso es parte del precio que hay que pagar por servir al Señor.
8) Habrá algunos casos especiales en que será necesario presentar una serie de ayunos, y campañas de oración para que se vayan debilitando las ataduras en la persona, y se le pueda ministrar en un momento dado. Esto puede ocurrir en casos en que la atadura sea muy fuerte, y no haya suficiente preparación espiritual para ministrarle de inmediato. La causa para la falta de preparación espiritual, puede venir de parte de los que van a ministrar (lo cual se recomienda que el que ministra siempre esté preparado), o sencillamente la persona atada no está en una cooperación completa y total para recibir su liberación.
En otras ocasiones, el Señor revela que no es el momento para ministrar, o manda a ofrecer unos ayunos o campaña de oración para preparar el ambiente para la ministración. En esos casos, es necesario seguir la dirección de Dios, y no adelantar el proceso.
9) En casos de personas que no se han convertido formalmente, pero que Dios ya ha hecho la liberación, se les debe hacer el llamado a conversión y explicarles la necesidad de aceptar a Cristo para mantener la liberación, porque si no lo hacen, esas ataduras regresarán, aún peores, y mayores. Hay que explicarles que el Señor liberta a la gente para que le sirvan, y no para que sigan pecando.
1O) Hay un punto importante que quiero enfatizar. El lugar influye mucho cuando se está ministrando liberación. Hay lugares que son una bendición, pues hay muchas iglesias, o es un pueblo o ciudad donde no hay mucho pecado. En estos lugares será más fácil la ministración. Por otro lado, hay lugares, pueblos o ciudades que realmente está entregados al diablo sea con brujería, satanismo, o por pecados de moral, droga, asesinato, etc. Estos lugares presentarán resistencia, y se hará un poco más fuerte la ministración. En casos en donde los demonios que estén en la persona que se le va a ministrar, sean los mismos demonios que dominan el lugar, será aún más fuerte la batalla, aunque sabemos que Cristo es vencedor SIEMPRE. En este caso, debemos orientar a la persona para que entienda que el ambiente de ese pueblo o ciudad va a ser fuerte para resistir la tentación, pero que debe mantenerse en oración y ayuno para evitar que esos demonios la ataquen nuevamente. Para darles un ejemplo de esto, les diré lo siguiente. Vamos a suponer que una persona atada con demonios de alcoholismo vive frente a un bar en un lugar en donde los bares abundan. Sabemos que al ser libre, esos demonios que dominan el área vendrán a atacar, pues inclusive la persona puede escuchar la música del bar en su casa. Si la persona se mantiene en comunión, vence, pero si se descuida, puede caer de nuevo en eso. Esta persona va a tener mayor tentación y continuamente, a diferencia de una persona que necesita viajar 2O minutos para llegar a un bar. Es por eso necesario entender cómo el ambiente puede hacer más fuerte la batalla, o ayudar en la liberación. Si la persona se mantiene fiel a Dios, poco a poco se va fortaleciendo, hasta que se le va haciendo más fácil enfrentar la tentación, y vivir una vida consagrada a Dios.
Como le he explicado, el ambiente del lugar puede ayudar, o puede ser piedra de tropiezo, pero en ningún momento impedirá la ministración, pues el Señor es más poderoso que toda oposición del diablo.
c. PASOS EN EL TRATO CON LOS DEMONIOS
1) IDENTIFICAR LA MANIFESTACIÓN.
Hay que saber si son demonios o es la carne. Esto se hace evaluando la conducta de la persona en base a las señales que hay cuando una persona está endemoniada. Sugiero que lean la sección que discute algunas características que tienen las personas atadas por demonios. Si la persona misma cae al piso a revolcarse, gritar, etc., ya no hay que evaluarlo, pues se está viendo claramente que son demonios.
2) IDENTIFICAR A LOS ESPÍRITUS POR SU NOMBRE.
Cristo mismo lo practicó en una ocasión. MARCOS 5:8-9 dice: "Porque le decía: Sal de este hombre, espíritu inmundo. Y le preguntó: ¿Cómo te llamas? Y respondió diciendo: Legión me llamo; porque somos muchos."
Aunque esta NO es la única forma para reprender y echar fuera los demonios, es una forma muy útil, especialmente en el caso de personas que tienen muchos demonios, ya que al reprender de una forma general como: "Demonio sal fuera en el nombre de Jesús", algunos demonios más fuertes van a hacer resistencia, o se esconden, y aparentan que no están. Cuando se identifican los demonios por nombre, éstos no pueden esconderse, y nos les queda más remedio que salir.
Hemos tenido muchas experiencias de este tipo, y esto mismo me ha ayudado a aprender más sobre los tipos y categorías de demonios. A la misma vez, la persona sabe qué demonios han salido, y se cuida más de darle cabida.
Tuvimos un caso en la iglesia, en donde una hermana recibió la carga de demonios de cuatro personas que estaban en el culto, y de ella se echaron fuera casi 7O demonios, y todos dieron sus nombres. Aprendí categorías de demonios que no conocía, como el demonio llamado "ejército". En otras ocasiones que he ministrado, he oído demonios identificarse como: "perro", "gato", "herpes", "sapo", "oso", etc. Estos demonios, por supuesto, pasan sus características a la persona. Otros demonios son más conocidos como: "legión", "pereza", "comodidad", "sueño", "glotonería", "inmundicia", etc.
He escuchado algunos predicadores decir que no hay que preguntarles el nombre a los demonios para echarlos fuera. Esto es verdad, pero he observado que hay casos en que si no se le pregunta el nombre, tardan demasiado en salir, o incluso sólo salen los más débiles, y los más fuertes se quedan dentro. Es por esa razón que cuando veo que los demonios no quieren salir, le ordeno a identificarse por nombre, para facilitar el proceso de reprensión y liberación. Recordemos que Cristo mismo ordenó a un demonio a identificarse (el cual se llamaba "legión"). Esto lo vemos en MARCOS 5:6-13. 17 3) EL USO DEL NOMBRE DE JESÚS, Y EL PODER DE LA SANGRE DE CRISTO.
No se puede entrar en ninguna reprensión si no se usa el nombre de Jesús, y la sangre de Cristo, pues no estamos autorizados a reprender en nuestro nombre. Una reprensión sin el nombre y la sangre de Jesús, no va a tener efecto, y los demonios pueden avergonzar a la persona que ministra. Hay que recordar que la autoridad sobre los demonios viene de la obra que Cristo hizo en la cruz, y en Su autoridad por ser Dios, en unión al Padre, y al Espíritu Santo. Es por eso, que los demonios no pueden resistirse ante la reprensión en el nombre de Jesús. Si no usamos esa autoridad, los demonios no van a obedecer la orden que se les dé, e incluso pueden atacar a los presentes y al que ministra. Recordemos la porción de HECHOS 19:13-16 que dice: "Pero algunos de los judíos, exorcistas ambulantes, intentaron invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus malos, diciendo: Os conjuro por Jesús, el que predica Pablo. Había siete hijos de un tal Esceva, judío, jefe de los sacerdotes, que hacían esto. Pero respondiendo el espíritu malo, dijo: A Jesús conozco, y sé quién es Pablo; pero vosotros, ¿quiénes sois? Y el hombre en quien estaba el espíritu malo, saltando sobre ellos y dominándolos, pudo más que ellos, de tal manera que huyeron de aquella casa desnudos y heridos."
He querido traer esta porción bíblica, debido a que no sólo es necesario usar el nombre de Jesús, y el poder de la sangre de Cristo, sino que también la persona que ministra, debe tener un testimonio limpio, y estar espiritualmente preparada para enfrentar a los demonios. Si la persona no está bien delante de Dios, aunque use el nombre de Jesús, y la sangre de Cristo, no podrá hacer nada, porque el demonio sabe, que no usa el nombre y la sangre de Jesús con fe y autoridad, sino de la boca para afuera. Al fin, termina el demonio avergonzando al que ministra.
4) EL USO DE LA PALABRA
La Biblia es también un arma muy importante cuando se está reprendiendo demonios. Muchas veces reprendemos en el nombre de Jesús y los demonios salen. Hay algunos demonios que es necesario citarles la Palabra en unión al uso del nombre de Jesús y el poder de la sangre de Cristo, para poder debilitarlos. Estos demonios se caracterizan por el hecho de que no quieren salir, y argumentan que no pueden ser echados fuera. La Palabra los debilita, porque señala su derrota y el poder de Jesús para echarlos fuera. Cristo mismo usó la Palabra para reprender al diablo cuando fue tentado en el desierto (MATEO 4:1-1O). Es una buena idea tener algunos textos preparados para citarlos en alta voz en momentos dados de la reprensión, ya que facilitan la expulsión de estos demonios. Personalmente participé en una ministración que se hizo a estudiantes universitarios. Yo no estaba ministrando, sino observando, y aun siendo ministrada (esto fue en mis comienzos en el Evangelio). Pude ver esta práctica de usar la Palabra, cuando los líderes principales reprendían, y luego paraban para darle paso a la lectura de los textos. No eran leídos de forma liviana, sino con seriedad, y en la autoridad del Espíritu Santo. El líder principal del grupo cristiano de estudiantes, leía una y otra vez los textos, sabiendo que los demonios no podían resistirse. Esto enojaba a los demonios, y entonces se manifestaban. Al manifestarse, se echaban fuera con más facilidad. La ministración fue exitosa ese día, y yo fui una de las que recibió liberación.
5) AUTORIDAD PARA ATAR, Y DESATAR
A la iglesia que está en comunión con el Señor, se le ha dado la autoridad para atar, y desatar. Esto lo que significa es que puede atar a los demonios con una orden dada en el nombre de Jesús. Esto no es algo que lo pueda hacer cualquier persona, sino sólo aquellos que han aceptado a Jesús como Salvador, y que se mantienen en comunión y sirviéndole a Él.
Cuando se atan los demonios en el nombre de Jesús, el creyente toma autoridad sobre los demonios, y los puede echar fuera.
El desatar implica ordenarle al diablo a soltar las bendiciones que tiene amarradas y que le ha robado al creyente. Por lo tanto, las bendiciones son desatadas en el nombre de Jesús. MATEO 16:19.
Muchos creyentes se confunden, y he escuchado a hermanos orando de la siguiente forma: "Te desato diablo en el nombre de Jesús". Al desatarlo, lo que hace es soltar al diablo para que siga destruyendo. Al diablo no se desata, sino que se ATA. Lo que se desata es la bendición.
6) PEDIR LA INTERVENCIÓN DE LOS ÁNGELES GUERREROS
Un arma adicional que tenemos en la lucha con los demonios, es pedirle a Dios que envíe ángeles guerreros para luchar con los demonios. Por lo general esto es necesario en casos de demonios fuertes que no salen fácilmente. Hay base bíblica para esto en Daniel 1O:12-14, donde dice que tuvo que venir el arcángel Miguel, uno de los principales ángeles de guerra, para poder vencer al diablo, el cual se estaba oponiendo a que Daniel recibiera la contestación a su oración.
He tenido experiencias en esta área, donde al pedir el refuerzo de ángeles guerreros, hemos podido tener la victoria sobre la oposición del diablo.
En el proceso de reprensión de demonios, hay que usar todas las armas que tengamos disponibles, con el propósito de lograr que la persona reciba liberación.
7) REPRENSIÓN EN LENGUAS
Hay ocasiones en que el Espíritu Santo toma el control de la ministración, trayendo lenguas de reprensión, para que el que ministra las hable y los demonios salgan. La mayoría de las veces, estas lenguas son habladas en alta voz y con autoridad.
Aunque los demonios no entienden las lenguas que se hablan en el espíritu, sí entienden las lenguas de reprensión, pues precisamente son para echarlos fuera a ellos mismos.
d. FORMAS INCORRECTAS EN LA REPRENSIÓN
Hay diversos errores que cometen algunas personas cuando están ministrándole a personas atadas por demonios. Mencionaré algunos de los más frecuentes.
1) No usar el nombre de Jesús, ni el poder de la sangre de Cristo cuando se está reprendiendo.
2) Hay hermanos que piensan que si le dan a la gente con la Biblia, los demonios van a salir. Los demonios no salen con golpes, sino con la Palabra de Dios proclamada por el que ministra, y en el nombre de Jesús.
3) Algunas personas que desconocen la Biblia creen que si usan cruces, amuletos, y otros objetos religiosos, pueden echar fuera los demonios, pero esto no es así. Estos objetos no pueden lograr nada, ya que ni aun son objetos cristianos, ni aceptados por Dios. La cruz era un lugar de maldición (GÁLATAS 3:13), y por lo tanto, no debemos tenerla como objeto. Si somos salvos, es por la muerte de Cristo, y eso es lo que vale para nosotros. No es de cristianos estar llenando la casa, u otros lugares con cruces. La cruz es un objeto que no debe ser adorado, ni se debe cargar con ella, ya que Cristo resucitó, y no está en la cruz. Esas son prácticas de la Iglesia Católica, y de algunas iglesias liberales que no han entendido esta realidad, y que usan la cruz como un símbolo de cristianismo. El verdadero símbolo del cristianismo es la Biblia.
4) Hay personas que mandan a Dios a echar fuera los demonios, en lugar de ellos mismos reprenderlos como la Biblia dice que debe ser (MARCOS 16:17, LUCAS 1O:19). Es incorrecto decir: ¡Qué el Señor te reprenda, diablo!" La gente cree que ellos no están autorizados a reprenderlos, y que tiene que ser Dios quien lo haga. Algunos incluso mencionan la cita de Judas 1:9 donde dice que el arcángel Miguel cuando contendía con el diablo por el cuerpo de Moisés, no se atrevió a señalar juicio sobre el diablo, y que le dijo "El Señor te reprenda". Hay que observar que Dios no les ha dado la misma autoridad a los ángeles para reprender los demonios, como se la ha dado a la iglesia. Ellos tienen que recibir órdenes de Dios para diferentes labores. Nosotros ya fuimos enviados a reprenderlos en el nombre de Jesús y NO EN EL DE NOSOTROS (MARCOS 16:17).
Leí el testimonio del maestro de la Palabra y ex-pastor Kenneth Hagin, el cual tuvo una tremenda revelación del Señor. En esta revelación, Jesús estaba hablando con él. De momento un mono se metió en el medio entre el hermano y el Señor. Él veía al mono brincando, haciendo maromas, y ruido. Lo que él no podía entender era que el Señor seguía hablando como si no estuviera pasando nada. El hermano estaba molesto porque no podía escuchar lo que el Señor le decía, porque el mono seguía haciendo ruido y molestando. El hermano se preguntaba el porqué el Señor no reprendía al mono. Luego de perder muchas de las palabras del Señor, el hermano se enojó con el mono, y lo reprendió en el nombre de Jesús. Cuando él lo hizo, el Señor le dijo que si él no lo hubiera reprendido, Él (Jesús) tampoco lo iba a hacer, pues ya Él había conquistado la victoria en la cruz, y le había dado la autoridad a la iglesia para que reprendiera, y tomara autoridad sobre el diablo en Su nombre (Jesús).
Como vemos, somos nosotros y no el Señor, los que tenemos que reprender al diablo. He podido ver en cultos especiales, en donde hemos estado batallando contra los demonios en una reprensión intensiva, y que la fuerza del diablo ha sido fuerte, que el Señor ha venido a ayudarnos a reprender, y ha acabado de echar fuera esos demonios. Esto lo he visto tanto cuando ha habido grande opresión en el ambiente, como también en casos de reprensión de demonios en una persona. En estas oportunidades, el Señor les dejaba ver Su persona a algunos niños o adultos en el templo, y sabíamos que Él había venido a ayudarnos. Hay que señalar, que éstas han sido situaciones especiales, y que aun en esos momentos, la iglesia estaba activamente reprendiendo. El Señor viene y pelea por nosotros, y con nosotros, pero es cuando nosotros estamos en comunión y en batalla JUNTAMENTE CON ÉL.
5) Un error terrible es pensar en echarle aceite a una persona atada por demonios. Hay hermanos que piensan que si el aceite es para ungir, debe ser bueno también para reprender. Esto no es correcto, ya que el aceite es para ungir como símbolo del Espíritu Santo, y por lo tanto, no se puede ungir a los demonios. He visto casos en que le echan aceite por la boca a la persona, o le derraman el aceite por encima, etc. El aceite es para ungir a los enfermos para sanidad, ungir para el Bautismo En El Espíritu Santo, ungir para fortaleza para un ayuno, ungir para un ministerio, etc.
6) Hay algunas personas que piensan que pueden ponerse a pelear con el diablo y los demonios, y que éstos van a salir cuando golpeen a la persona atada dándole empujones, puños, o bofetadas. La Biblia dice claramente en MARCOS 16:17, que los demonios se echan fuera en el nombre de Jesús, no dándole puños a la gente. Sí, dije a la gente, porque esos puños y empujones no los reciben los demonios, sino la persona que está atada. Los demonios lo que hacen es reírse del maltrato recibido por la persona atada, y hasta le pueden repartir algunos golpes al que ministra.
7) He visto otras prácticas más increíbles. He estado presente en ministraciones en donde supuestamente "le están gritando al demonio en el oído para que se vaya". Lo que en realidad están haciendo es gritándole en el oído a la persona atada. Esto sólo traerá una posible sordera o daño al oído de la persona. En adición a esto, el demonio seguirá ahí metido dentro de la persona como si nada hubiera ocurrido, y riéndose de la falta de conocimiento de los que ministran, y gozándose por el daño al oído de la persona atada.
La única razón posible para gritarle moderadamente en el oído a una persona atada, es si es medio sorda, o si hay mucho ruido en el lugar, y la persona no está escuchando lo que se le ministra.
8) Hay ocasiones en que hay que esperar el momento apropiado para ministrar. He observado a veces, que el diablo ha tratado de distraer la atención de la predicación, usando a alguien atado. De esta forma, la persona hace ruido, llama la atención, se revuelca, grita, etc., y la congregación deja de escuchar un mensaje importante. No es conveniente cortar el mensaje para ministrarle a la persona, a menos que Dios lo diga (eso es lo que quiere el diablo para que la gente no escuche el mensaje, especialmente si hay visitas en el culto, o personas candidatas a convertirse). Tampoco es prudente dejar a la persona en el medio del templo alborotando, pues nadie va a escuchar el mensaje, y se van a distraer. Esta persona debe ser sacada del área en lo que termina el mensaje (quizás los diáconos u otros líderes pueden ministrarle en otro cuarto o lugar del templo, pero fuera del lugar en donde se está celebrando el culto).
Otro error en este mismo problema, es orarle primero al endemoniado, y dejar para después a las personas que han pasado para la oración. Esta experiencia yo la pasé. Fui invitada a predicar a una iglesia (antes de entrar en el ministerio). Ya casi al final del mensaje cayó una joven con una manifestación de demonios, por lo que terminé el mensaje antes de tiempo para ministrarle a la persona. Inmediatamente hice el llamado para la gente que quería la oración. Pasaron varias personas al altar. Decidí comenzar con la persona endemoniada, y en lugar de dejarla (al ver que no recibía liberación inmediata), me olvidé de la gente en el altar, y me quedé por un extenso período de tiempo ministrándole a la endemoniada. Estuve tanto rato así, que la gente que pasó al altar se volvió a sus sillas, y la pastora local me dijo que la persona lo que estaba haciendo era un espectáculo ("show"). Yo sabía que la persona estaba endemoniada, pero la pastora insistía en que era la carne. Terminé siendo abochornada, la pastora presionó para terminar el culto, nadie recibió la oración, y la endemoniada terminó igual. Esto ocurrió porque yo no usé sabiduría. Yo debí terminar el mensaje cuando realmente tenía que terminar (no cortarlo antes), y ministrarle primero a la gente que pasó al altar. De esta forma, ellos recibían, y si estaba que la endemoniada recibiera liberación, pues bien, pero si no recibía liberación, por lo menos el resto de la iglesia había sido ministrada.
No sólo sugiero hacer esto en casos de endemoniados, sino también en casos en donde uno sabe que se va a tardar demasiado ministrándole a una persona en específico. Lo mejor de todo, es dejarse dirigir por el Señor. He experimentado en cultos en donde la unción del Espíritu Santo se mueve con libertad, que el Señor va dirigiendo a uno respecto a quién orarle primero. De esta forma es mejor, ya que el Espíritu Santo dirige, y cuando uno le ministra a la persona, ésta recibe el toque del Señor enseguida. Esto ayuda también para subir el nivel de unción y comunión en el culto, ya que los que pasaron al altar, recibieron la bendición, y ya están en una buena comunión espiritual, de forma que hay más fuerza espiritual para ministrarle a la persona que necesita liberación, o aquel caso difícil, o que llevaría más tiempo.
9) Un error terrible es dejar que todo el mundo ministre a la vez a la persona atada. Esto crea confusión y caos, y a la larga, el demonio no sale, o se tarda más tiempo de lo normal en salir. Sólo debe haber una persona dirigiendo la ministración, y los demás hermanos deben estar apoyando con la comunión. Esto es lo más recomendable para que la ministración sea organizada, pues así el que está ministrando, dirige el proceso a la forma que sienta, y es más rápido. En adición a esto, también se detiene cualquier intento del diablo de distraer la atención de los que ministran envolviéndolos en revoluces o confusiones que a la larga hacen que el demonio se esconda y no salga. Recordemos que los demonios son astutos, y si ellos logran distraer a las personas, para quitarles el deseo, o la comunión para seguir reprendiendo, logran a la larga que la gente deje de ministrar y eso les conviene a los demonios, porque siguen habitando en la persona atada.
1O) He visto también a personas que ministran, que quieren acabar el proceso rápido. A veces le dicen a la persona atada: "Repite: "Cristo vino en carne, Cristo, Soy de Dios", etc." Estas personas piensan que si la persona repite estas frases, indica que ya está libre. Ellos desconocen que el diablo está escondido ahí, y se está riendo de ellos. Al final, la persona sigue atada, y tendrán que ministrarle en otro culto. La misma persona atada se confunde pensando que el demonio se le metió otra vez, pero en realidad fue que NUNCA RECIBIÓ LIBERACIÓN TOTAL.
Hay otros predicadores que también usan este sistema de hacerle repetir frases a la persona atada, pero no lo hacen para avanzar y terminar rápido la ministración, sino por ignorancia, pensando que quizás así pueden saber si todavía está endemoniada la persona o no. Las personas que usan este sistema para reprender demonios, mal interpretan la porción de 1 Juan 4:1-3 que dice: "Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y éste es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo." Esta porción no es una clave para echar fuera demonios, sino que Juan trae una forma para descubrir a falsos maestros que se estaban introduciendo en aquellos días, cambiando la doctrina, y negando que Dios fuera encarnado (ósea, que se haya hecho hombre tomando cuerpo humano) para salvar la humanidad. En nuestros días hay teólogos (estudiosos de la Biblia), y ministros de iglesias liberales, que niegan que Dios se haya hecho carne (humano) en la persona de Jesucristo. Yo no sé qué es entonces lo que ellos predican, pero sí sé que tienen una doctrina anticristiana y son maestros falsos.
Como vemos, no es esto un asunto de poner a las personas endemoniadas a repetir frases, o dar confesiones de la encarnación de Cristo, sino es un asunto de reprender los demonios en el nombre de Jesús, como dice en Marcos 16:17. El repetir frases no los va a sacar, sino el ordenarles a salir con la autoridad que Cristo le ha dado a la iglesia.
11) Algo que muchas veces ocurre en los cultos, y que es un error común, es continuar ministrándole a la persona, aun cuando se ve que no va a recibir liberación. El que ministra debe conocer cuándo parar, para no perder tiempo del culto. Si ve que pasa el tiempo, y no se adelanta nada, sino que el ambiente se carga más de opresión, o irreverencia, y aún no ha salido ningún demonio, ni se ve que la persona vaya a recibir liberación, el que ministra debe parar el proceso. Quiero decirles que hay diversas razones por las cuales una persona no va a recibir liberación, y éstas pueden ser causadas por el que ministra, por el ambiente en el lugar donde se está ministrando, o por la propia persona atada.
Dentro de estas causas tenemos las siguientes:
a) ALGUNAS CAUSAS EN EL QUE MINISTRA SON:
El que ministra no tiene unció.n
El que está ministrando cree que la persona está atada por demonios, pero la realidad es, que no está endemoniada, y por esa razón no puede salir ningún demonio, pues no hay ninguno.
No se preparó para ministrar, o no conoce el procedimiento
Está en desobediencia
Dios no lo ha mandado a ministrarle a la persona
El que ministra está en pecado
b) ALGUNAS CAUSAS EN EL LUGAR SON:
La iglesia no está en comunión
Están en desorden espiritual o pecado
No están atentos a la ministración
Están dándoles cabida a los demonios por haber caos, confusión, o falta de reverencia
Hay duda o incredulidad en la congregación
c) ALGUNAS CAUSAS EN LA PERSONA ATADA SON:
La persona no está cooperando al no renunciar a toda práctica, poderes, u "oficios" (trabajos para el diablo) recibidos de parte del diablo. Algunos ejemplos de estos poderes, prácticas, u oficios son: curandería, satanismo, adivinación, brujería, trances de médium en centros espiritistas lectura de cartas del tarot, lectura de la mano, karate, lectura de la bola de cristal, santería, magia, astrología, clarividencia, viajes astrales, yoga, adoración o veneración de otros dioses o personalidades [Virgen María, Buda, santos de la Iglesia Católica, etc.], poderes para "despojar" a otros, etc.
La persona no quiere recibir liberación porque quiere continuar con los demonios que la atan.
La persona tiene prisa por acabar.
La persona que está atada tiene toda su mente puesta en asuntos personales, problemas, o cosas que tiene que hacer cuando salga del culto, y esto le impide ponerse en comunión, o en una actitud positiva para cooperar con el proceso.
Si la persona atada está bajo un juicio de Dios temporero, no va a recibir liberación hasta que Dios diga que se le ministre. Hay casos en que el juicio de Dios sobre la persona es permanente, y Dios prohíbe que se le ministre, y la persona que se ponga a ministrarle conociendo la orden de Dios, está en desobediencia y puede recibir la mano de Dios sobre su persona (si la persona que está ministrando no sabía sobre este juicio sobre la persona, Dios perdona al que ministra por él no saber nada, pero casi siempre se lo muestra de una forma u otra). En estos casos en que la atadura ha sido permitida por Dios como un juicio sobre la persona por causa de su pecado, no se le puede ministrar a la persona, aunque la persona o el familiar que trajo a la persona se enojen. Se le puede tratar de explicar el asunto, pero nunca se debe desobedecer a Dios (orándole a la persona), para tratar de complacer a estas personas, o para que no se ofendan. Estos casos no ocurren con mucha frecuencia, pero suceden. Recuerden que Dios es el que liberta, y cuando Él dice que su juicio está sobre una persona, Él es el único que lo quita.
Estas son las razones más comunes que he observado.
Tuve un caso muy interesante en que la persona no recibía y yo sentía como una pared que impedía que la unción fluyera. Yo sentía la unción para ministrarle, pero cuando le oraba, algo hacía que la unción regresara a mí (como que rebotaba). Luego de intentarlo varias veces, me detuve y le dije a la persona que había una pared que impedía que él recibiera, y que de esa forma no iba a ser libre. Le pregunté qué sentía cuando se le oraba, y me dijo francamente, que tenía prisa y que quería irse porque tenía que ir a trabajar (él trabajaba de noche, pero aún faltaba como una hora y media [1 1/2] para entrar a trabajar). Yo le dije que así no iba a poder recibir liberación, y dejé de ministrarle. ¿Por qué? Bueno, porque yo me estaba agotando físicamente, y la persona estaba de lo más relajado, y sólo pensando en que tenía que irse a trabajar. Es importante que les diga, que cuando una persona está ministrando, especialmente liberación, se hace un gran esfuerzo físico, y eso le roba energía física al que ministra. Si se le ministra a una persona que no está cooperando, el agotamiento físico en el que ministra es mayor.
Ya ustedes pueden ver cómo la misma persona atada puede impedir su propia liberación al no cooperar con el proceso.
He escuchado testimonios, y aun presencié un caso de una persona la cual Dios entregó a juicio por un tiempo, y mandó que no quisiera que nadie orara por él. Inclusive dijo que la persona que orara por él, iba a ser enjuiciada también. Estos son casos difíciles, porque hay ocasiones en que hermanos o predicadores insisten en orar, y pueden recibir juicio.
Hay otras ocasiones en que el que ministra no sabe que la persona está bajo juicio de Dios, y ve que algo detiene la ministración. En estos casos, el que ministra no debe seguir insistiendo en continuar la ministración, pues puede estar desobedeciendo la voluntad de Dios, si Dios no desea que se le ministre a esa persona. Es por eso necesario que el que ministra tenga entendimiento, y discernimiento espiritual de estos asuntos, para que evite cometer un error, o perder el tiempo.
Hemos escrito bastante acerca de los casos en que la persona no recibe liberación, por surgir diferentes cosas que impiden el proceso.
En adición a esto, quiero darles las siguientes sugerencias:
Hay ocasiones en que SÍ salen algunos demonios, pero luego el proceso se tarda y se detiene un poco. No es a estos casos que me refiero cuando digo que se debe suspender el proceso de liberación. Si ya han salido demonios, y se ve que la persona no está totalmente libre, lo que se debe hacer es continuar reprendiendo, y en comunión, hasta que salgan los demás.
Si han pasado 2 horas y no se ha manifestado NADA, ni ha salido NINGÚN DEMONIO, NI DIOS HA HABLADO NADA SOBRE SEGUIR EL PROCESO, entonces es hora de parar la ministración.
Si se descubre la causa del porqué no han salido los demonios, y se puede corregir lo que lo detiene, sin que la iglesia se salga de comunión, y si es todavía temprano y las circunstancias están favorables para volver al proceso, ENTONCES SE PUEDE VOLVER a ministrar para que esta vez salgan los demonios.
Si no se sabe la causa que interrumpe el que salgan los demonios, y se ha perdido la comunión, o ha pasado mucho tiempo, entonces es necesario parar el proceso inmediatamente.
12) No se debe ministrar liberación con los ojos cerrados, ni tampoco se debe acercar mucho a la persona atada, ni estar descuidado, pues los demonios pueden atacar a la persona que está ministrando.
Escuché un testimonio de un hermano que le estaba ministrando a una persona endemoniada, pero estaba orando con los ojos cerrados. El demonio le metió un puño al hermano. También escuché el testimonio de un pastor que le estaba reprendiendo demonios a una persona, y el demonio lo agarró por la corbata y lo estaba ahogando. Yo personalmente tuve una experiencia (antes de entrar en el ministerio), donde le estaba ministrando a una amiga que estaba atada. Debido a que yo estaba sola con mi esposo ministrándole, se nos hacía difícil aguantarla (ya que tenía un demonio violento). Ella quedó libre, pero yo quedé con casi toda la camisa desgarrada al frente (menos mal que ocurrió en mi casa).
Es recomendable en estos casos de demonios violentos, el tener a varias personas para ayudar a aguantar a la persona.
Le estuve ministrando a una miembro de la iglesia que estábamos pastoreando en Bayamón, P.R. Aquella joven tenía ataques epilépticos muy frecuentes, y cayó endemoniada en un culto. Fue terrible. Tanto yo, como las personas que me ayudaron en la ministración de aquella joven, nos levantamos al otro día que nos dolía todo el cuerpo. El demonio cogió a esa joven y le quería romper o fracturar la cabeza. Nosotros tuvimos que aguantarle la cabeza, pues el demonio la tiraba para atrás contra la loseta del piso (que era de cemento) con toda la fuerza. Fue tal la violencia en ella, que yo le agarraba la cabeza, otro le agarraba un brazo, otro le agarraba el otro brazo, su mamá le agarraba una pierna, su padrastro otra, la presidenta de los diáconos estaba SENTADA encima de su estómago, y aun así no podíamos sujetarla. Esto fue tremendo. Al final la joven fue libre. Eran tan fuertes esos demonios, que cuando nos fuimos a acostar en la noche, los demonios rondaron nuestro apartamento (que estaba en el segundo piso del templo), y nos vinieron a atacar, pero fueron reprendidos en el nombre de Jesús, y se fueron, y todo quedó en paz nuevamente.
Estos ejemplos se los he dado para que observen lo importante de estar alertas cuando se ministra.
Quiero enfatizar en otro punto que traje anteriormente en esta sección. Les dije que además de no cerrar los ojos, no debían tampoco acercarse mucho a la persona. Cuando me refiero a no estar muy de cerca, ni descuidado, quiero también decirles algunos puntos más.
a) Hay ocasiones en que se le va a ministrar a personas con enfermedades peligrosas o contagiosas. No debe uno pegársele mucho a la cara de la persona, pues puede respirar y soltar gérmenes, o nos puede escupir (el demonio en la persona), y dejarnos el contagio.
b) El que va a ministrar se debe proteger de mordeduras (en casos de Sida, Hepatitis, etc., es peligroso).
c) Estuve ministrando en un caso en que salió un demonio de Herpes, y este demonio salió botando una saliva espesa y vómito. Tomamos la precaución de no tocar esta substancia de forma directa. Debemos recordar, que muchos demonios salen a través de vómito, u otros fluidos del cuerpo de la persona, y se debe tener la precaución de no tocarlo directamente con las manos, o de ser salpicado en nuestra boca, etc. Acostumbramos tirar papel absorbente en el piso (enseguida que vemos que se comienza a escupir, vomitar, etc.). Esto facilita la limpieza, y reduce la contaminación. La persona atada después de ser libertada, terminaba de limpiar lo que expulsó (ya que el papel casi hacía la mayor parte del trabajo de recoger el líquido).
d) Habrá veces en que hay que acercarse un poco más a la persona para hablarle algo al oído (especialmente si hay ruido en el lugar), pero debemos ubicarnos por el lado, o por la espalda, pero no frente a la cara de la persona, como precaución, no sólo de contagios, sino también de puños u otros golpes.
Como podemos observar, las personas que ministran, deben estar muy alertas durante toda la ministración, velando por el buen orden, y tomando precaución para protegerse, proteger a los que ministran, y también proteger a la persona a la que se le está ministrando.
e. PUNTOS FINALES
1) Como hemos visto, este asunto de los demonios es bien amplio, ya que existen miles y miles de demonios. Cada demonio tiene sus características especiales que lo distinguen de los demás.
2) Aun cuando pareciere raro que los demonios tengan nombres que se relacionan con acciones de la gente (Por ejemplo: enojo, pereza, odio, sueño, etc.), sabemos que hay un punto que divide lo que es una conducta, y lo que es un demonio manifestándose en la persona. A todo el mundo le da sueño, y esto es normal. Pero, si vemos una persona que siempre se duerme en la iglesia (aun cuando le gustan los cultos), o cuando ora, y esto sucede aunque duerma 1O horas todas las noches, y esté en perfecta salud, y en cuanto termina el culto se le quita el sueño, y sigue de lo más bien hasta tarde en la noche, sabemos que un demonio de sueño le está atando para que no oiga la Palabra, ni ore. Mi esposo tuvo una vez una revelación mientras oraba. Vio un demonio con una sábana blanca que venía para tirársela encima con el propósito de dormirlo. Observen cómo el diablo se las inventa, y hasta lo dramatiza con todo y sabanita para que la persona se arrope.
Igualmente podemos decir, que todo el mundo se enoja, pero si la persona se enoja a nivel de atacar con puños a una persona, sabemos que es un demonio. Así ocurre con todos los demás.
3) Sabemos que estamos hablando de un demonio, y no de una conducta regular, cuando la persona no tiene el control suficiente para impedir que esa conducta le domine, y la persona trata de deshacerse de eso, y no puede, sino que aumenta cada día su dominio sobre la persona. De ahí pasa por los grados de opresión, obsesión, y posesión.
4) Algunos tipos de demonios son (sólo algunos ejemplos): odio, amargura, rebelión, celos, codicia, tristeza, depresión, orgullo, homosexualismo, sueño, glotonería, vanidad, nerviosismo, risa descontrolada, charlatanería, olvido, división, asesinato, sexo (obsesión con eso), adulterio, duda, prostitución, lascivia, robo, miedo, mentira, timidez, herpes, engaño, asma, hipoglicemia, diabetes, brujería, cigarrillo, pornografía, lesbianismo, locura, alcoholismo, legión, tartamudez, ceguera, pelea, idolatría, droga, etc.
5) Hay demonios que tienen diferentes nombres y categorías. Mencionaré sólo algunos ejemplos de cada categoría:
a) DEMONIOS CON NOMBRES DE ACTITUDES - orgullo, codicia, charlatanería, odio, etc.
b) DEMONIOS CON NOMBRES DE ACCIONES - desperdicio (un desperdicio exagerado de comida, dinero, etc.), pelea, robo, risa descontrolada, etc.
c) DEMONIOS CON NOMBRES DE ENFERMEDADES - asma, depresión, herpes, epilepsia, etc.
d) DEMONIOS CON NOMBRES DE ANIMALES - es algo curioso el hecho de que algunos demonios tienen nombres de animales, y actúan similares ellos, por eso es, que la persona atada por estos demonios, lleva a cabo algunas acciones propias de estos animales (león, oso, serpiente, perro, etc.).
e) DEMONIOS CON NOMBRES DE ESTILOS DE VIDA - homosexualismo, lesbianismo, bisexualismo, etc.
f) DEMONIOS CON NOMBRES DE GENTE - en algunas ocasiones, he escuchado a demonios identificarse con nombres de gente (éstos son nombres de gente común, como por ejemplo: Judy, Gilberto, etc.).
Hay varias sub-categorías en estos demonios:
(1) En algunos casos la persona atada no conoce a nadie con ese nombre, y no podemos estar muy claros sobre cómo se manifiesta ese demonio en la persona, pues desconocemos sus características.
(2) En otros casos, el demonio se identifica con el nombre de alguien que la persona atada conoce, sean suegros, padres, novio/a, esposo/a, vecinos, jefes de trabajo, empleados del lugar, etc. Estos demonios atan y dominan a la persona, de forma tal, que cuando estas personas conocidas están cerca, o comparten con la persona atada, la persona comienza a sentir la opresión y el ataque de esos demonios trayendo enojo, confusión, ansiedad, nerviosidad, culpabilidad, y muchos sentires más, las cuales vienen de los demonios que salen de esas personas conocidas, a causa de su enojo o mala voluntad hacia la persona. Inclusive he visto que estas personas conocidas no tienen que estar cerca de la persona para que ella reciba esos ataques de demonios, pues aun muchos, le envían a la víctima maldiciones, y malos deseos desde sus casas o trabajos, y estos demonios vienen y la atacan. La razón de esto, es la influencia y poder que esas personas conocidas ejercen sobre la persona. Por eso, esos demonios usan el nombre de la persona conocida, y para que la persona sea libre, hay que reprender esos demonios por su mismo nombre (que en este caso es el nombre de la persona conocida). Una vez que ese demonio con el nombre de la persona conocida sea reprendido, los otros demonios que le acompañaban, como temor, ansiedad, etc., también se van en ese mismo momento, ya que lo único que los mantenía ahí, era el demonio de influencia de esas personas conocidas.
Esto nos enseña, que hay demonios que están en las personas porque otro demonio los trajo para que le acompañaran. Si el principal demonio que ata a la persona ya no está, los otros no tienen forma de quedarse, pues no hay nada que los ayude a permanecer en la persona, y automáticamente se tienen que ir.
(3) Hay otros demonios con nombres de personas conocidas, pero éstos no desarrollan en la persona atada sentires de ansiedad, temor, etc., sino que la misma persona se ha atado con esos demonios, por tener a esa persona conocida como un ídolo. Lo que ocurre es que la persona atada se ha obsesionado tanto con ese artista, político, o conocido, que la persona pierde su personalidad real y se convierte en un doble de esa persona admirada. Un ejemplo de esta categoría lo vemos en el caso de la jovencita con dos personalidades, donde les dije que una de sus "personalidades" (demonios), era la de una modelo muy famosa en esa época. Como mismo les dije en el punto (2), estos demonios hay que reprenderlos por el nombre que adoptan (ósea, el de la persona conocida).
DEMONIOS CON NOMBRES QUE EL HOMBRE NO CONOCE PORQUE SON DEL MUNDO ESPIRITUAL - éstos son nombres dados a ellos por el diablo, y que no son conocidos por la gente, hasta que ellos mismos se identifican, y dan su nombre. Aunque conocemos algunos de esos nombres (por haberlos ya escuchado en momentos en que se han reprendido), no queremos escribirlos para no darle gloria al diablo que se los puso.
DEMONIOS CON NOMBRES QUE INDICAN QUE ESTÁN AGRUPADOS O QUE SON MUCHOS - estos demonios trabajan en grupo y no separados. Por ser muchos, y estar totalmente unidos en su trabajo, tienen nombre de grupos. Dos demonios de este tipo que hemos visto manifestados son: legión, y ejército.