> UNA LECCIÓN DE HISTORIA Y
DE LINGÜÍSTICA
>
> En Madrid hay una calle llamada de Gil Imón, haciendo de travesaño entre
el Paseo Imperial y la Ronda de Segovia, para más señas. Es una calle dedicada
al que fue alcalde de la capital, D. Gil Imón, en los tiempos en que el duque
de Osuna organizaba sus célebres bailes, a los que acudía la alta sociedad,
para poner en el escaparate familiar a jovencitas de la buena cuna, como oferta
casadera. A las damitas de entonces se les aplicaba el apelativo de "pollas",
que en el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) llevan, como sexta
acepción, figurada y familiarmente, el significado de jovencitas, algo que hoy
prácticamente se ignora. La polla de entonces no tenía nada que ver con el
significado de morbosas connotaciones por el que ha sido sustituido ahora.
>
> El tal Don Gil era un personaje de relieve (la prueba está en que tiene
dedicada una calle) y su nombre aparecía frecuentemente en los ecos de sociedad
de las revistas del corazón de la época. El hombre se sentía obligado a
responsabilizarse de sus deberes familiares, como buen padre.
> Tenía dos hijas en edad de merecer, feúchas, sin gracia, y bastante poco
inteligentes. Y se hacía acompañar por ellas a absolutamente todos aquellos
sitios a los que, invitado como primera autoridad municipal, tenía que acudir.
>
> -¿Ha llegado ya D. Gil?
>
> -Sí, ya ha llegado D. Gil y, como siempre, viene acompañado de sus pollas.
>
> Mientras D. Gil se encargaba de atender las numerosas conversaciones que
su cargo de alcalde comportaban, sus pollitas iban a ocupar algún asiento que
descubrieran desocupado, a esperar a que algún pollo (o jovencito) se les
acercase, cosa que nunca sucedía. La situación, una y otra vez repetida, dio
lugar a la asociación mental de tonto o tonta con D. Gil y sus pollas.
>
> ¿Cómo describir esa circunstancia tan compleja de estupidez? Los
imaginativos y bien humorados madrileños lo tuvieron fácil: para expresar la
idea de mentecato integral e inconsciente ¡Ya está!: Gil (D.Gil)-y-pollas (las
dos jovencitas hijas suyas) = gil-i-pollas. Cundió por todo Madrid, que compuso
esta palabra especial, castiza, nacida en la
> Capital del Reino y, después exportada al resto de España, ganándose a
> pulso con el tiempo el derecho de entrar en la Real Academia Española.