Diario
Querido diario tú que lo sabes todo dime: ¿Estaban
en lo cierto Penteo y Eurípides en “Las bacantes” cuando perseguían y atacaban
a los que usaban el vino para perder la timidez y adorar a Baco? Personalmente
he creído que el que se sirve de venenos es un cobarde y el que se sirve de
drogas para sí mismo es una mente débil. Desde siempre el acomplejado de turno
ha intentado desarrollar drogas, filtros, conjuras y fármacos capaces de
generar excitación sexual. Creo más en el factor sugestivo y placebo de esas
drogas que en la mayoría de las ocasiones afectan al sistema vasodilatador y a
los efectos hipnótico-sedantes que a una real excitación. En mis viajes me
hablaron de la escopolamina, del polvo de cantárida y del nitrito de amilo. El
primero casi hace perder el conocimiento y la victima no recuerda nada. El
segundo produce una sensación de ardor en la zona de la pelvis y el tercero es
un potente vasodilatador. Nadie habla a esos ignorantes venidos a aprendices de
alquimistas del sexo; que el primero provoca efectos irreversibles en el
cerebro, que la segunda dificultades permanentes de erección, hasta úlcera de
estómago, diarreas e incluso, en casos extremos, la muerte y el tercero puede
ocasionar lesiones cardiacas irreversibles, si no el infarto. ¡Ufff¡ ahora que caigo en la cuenta,
estos eran muchos de los síntomas y secuelas de Core, entonces ¿Serían estos
productos los que el Arallu usó en ella? ¡No queda ahí el asunto¡. No puedo
contarle a Core cuando despierte, que los andrógenos también se han usado como
afrodisíacos; y sus síntomas me llevan a sospechar seriamente del uso habitual
en esta pareja. Querido Diario, mañana continuaré como si nada, seguiré con mis
sospechas e iré desgranando el misterio lo más asépticamente posible.