lunes, 8 de septiembre de 2014

Querido Diario, tú que todo lo sabes dime



La libertad: Solamente podemos ser “suficientemente libres” porque la educación es la mayor de las autodisciplinas

La ignorancia: Es una pandemia que a medida que se expande se convierte en Norma

 “Perdona querido Diario que hoy mi pluma (de escribir) no posea la inspiración necesaria para relatarte lo acaecido. Mi corazón está doliente pues mi Musageta se ha roto, ¡Que suenen los timbales en Tracia!, ¡Que suenen los clarines en el Libetrion¡ ¡Que suenen las campanas en Beocia!, ¡Que todo el mundo lo sepa¡ Mi Musageta se ha roto. ¡Que se detengan las musaias de Ascra y Tespias¡ ¡Que las fuentes dejen de manar¡ ¡Que todo el mundo llore¡ pues mi Musageta se ha roto. Otrora era la compañera de Apolo, junto a él la alegría fluía entre verso y canción, ahora me acompaña la hija de Zeus cada vez que cruzo el letrero de “todas direcciones”.  Musageta se rompió intentando alcanzar el Olimpo, para con su voz de nuevo relatar las glorias de otra victoria de los dioses, para alegrar los festines de los inmortales y para volver a su Helicón. Musageta era diferente a sus hermanas, ella no castigaba con crueldad a los que la pretendían, ella no quitaba las alas a las sirenas, ni se las ponía en forma de urraca a las Piérides. Musageta solo traía la alegría con sus danzas, con sus giros en el aire, con tirabuzones y volteretas. Musageta se ha roto y con ella el coro que formaba junto a Clio, Euterpe, Talia, Melpómene, Terpsícore, Erato, Polimnia, Urania y Caliope. Perdona querido Diario que este paseante emborrone la tinta con las lágrimas, perdona Diario que este amanuense corra trescientos metros atrás del letrero de “todas direcciones” para acercarle a Musageta. Otro holgado vestido y un nuevo manto para que pronto recupere su alegría y con ella mi inspiración. ¡Que todo el mundo lo sepa¡…¡se ha roto Musageta¡”