lunes, 8 de septiembre de 2014

significado de las palabras

Muchas palabras tienen un origen realmente curioso, tanto por su etimología como por su significado. He aquí algunos ejemplos que hemos encontrado en los diccionarios que son la base de las consultas de Curiosidario.es. Es posible que existan otras palabras que se puedan considerar de origen curioso recogidas en otros diccionarios o academias de la lengua española. Si es así y quieres que las publiquemos, nos las envías documentando su procedencia y las publicaremos:

Bisoño. Del italiano bisogno ‘necesidad’, aplicado por los italianos en el s. XVI a los soldados españoles recién llegados a Italia, por lo mal vestidos que iban, como reclutas allegadizos; la palabra italiana procede del verbo bisognare ‘necesitar’. Datada primeramente en español en 1517, nació en italiano como apodo, por el gran uso que hacían estos soldados de la palabra bisogno, aprendida para pedir a los habitantes la satisfacción de sus necesidades.

Bombón. De la voz infantil francesa bonbon ‘bueno, bueno’.

Bonito ‘pez’. Del bajo latín BONITON. Seguramente se llamó así a este pez por el color dorado de los ojos y plateado del vientre, que le daría un aspecto bonito ‘lindo, agraciado’.

Borrar ‘hacer desaparecer lo escrito con tiza’, ‘desvanecer, quitar’. De borra ‘lana grosera’, por ser con borra con lo que se hacía desaparecer lo escrito con tiza en el encerado.

Bribón. De briba, este del anticuado bribia ‘holgazanería picaresca’, que a su vez venía de blibia, y este de biblia en el sentido de ‘sabiduría’. Se entendía por bribia la elocuencia persuasiva del mendigo para inspirar lástima y para mover el público a la generosidad, en lo cual las oraciones y los argumentos religiosos, sacados de los textos sagrados, desempeñaban una parte principal.

Brindis. Del alemán bring dir’s ‘te lo ofrezco’.

Bríos, voto a ‘voto a Dios’. Locución interjectiva coloquial ya poco usada, en la que Bríos es un eufemismo de Dios, introducido cuando este aun se pronunciaba Díos.

Broma. Del griego βρῶμα ‘teredón’ y este de βιβρώσκειν ‘carcomer’, significaba en 1599 ‘cosa pesada’ y unos años más tarde usaron esta palabra Quevedo y Tirso en el sentido de ‘hombre pesado’, que sigue vivo hoy en América en la variante ‘contrariedad, molestia más o menos desagradable y dañosa’. El origen de estos significados se encuentra en el teredón broma, un molusco que atacaba a los barcos haciéndolos muy pesados, tal como se lee en la cuarta acepción que todavía recoge el diccionario académico: «Molusco lamelibranquio marino de aspecto vermiforme, con sifones desmesuradamente largos y concha muy pequeña, que deja descubierta la mayor parte del cuerpo. Las valvas de la concha, funcionando como mandíbulas, perforan las maderas sumergidas, practican en ellas galerías que el propio animal reviste de una materia calcárea segregada por el manto, y causan así graves daños en las construcciones navales». Ya en 1726, en su Diccionario de Autoridades, la Academia registraba así la frase es una broma: «Phrase con que metaphoricamente se dá à entender, no solo el que es pesado y molesto en su trato y conversacion, sino otra cualquiera cosa, que excéde notablemente de lo que le corresponde». En consecuencia, habrá que estar de acuerdo con Corominas cuando dice: «Resulta claro, pues, que broma inicialmente sólo fue lo que hoy llamamos broma pesada (…) la pesadez de los buques atacados por la broma es un hecho, pues el agua se introducía en las galerías abiertas por el animalito y hacía el buque pesado y tardo en la navegación». El caso es que, a finales del s. XVIII broma tomó el significado de ‘algazara, chanza’ y, ya en el segundo cuarto del s. XIX, el de ‘bulla, diversión’, que ha llegado hasta nosotros.

Bulimia ‘gana desmesurada de comer, que difícilmente se satisface’. Término médico procedente del griego βουλιμία, de βούλιμος ‘muy hambriento’, compuesto de βούς ‘buey’ y λιμός ‘hambre’, es decir, ‘hambre de buey’.

Busilis ‘punto en que se estriba la dificultad del asunto de que se trata’. De la frase latina IN DIEBUS ILLIS ‘en aquellos días’, mal entendida por un ignorante que, separando IN DIE, dijo no entender qué significaba BUS ILLIS.

Camaleón. Del latín CHAMAELEON, y este del griego χαμαιλέων, propiamente ‘león que va por el suelo’, denominación irónica que alude al carácter tímido del animal.

Cantimplora. Del catalán cantimplora, y este del catalán antiguo cantiplora, compuesto de canta i plora ‘canta y llora’, por el ruido que hace la cantimplora al moverse y gotear.

Capicúa. Del catalán cap i cua, propiamente ‘cabeza y cola’.

Capricho ‘antojo’, ‘idea extraña y nueva en una obra de arte’. Del italiano capriccio, que antiguamente significaba ‘horripilación, escalofrío’, y este del todavía más antiguo caporiccio, contracción de capo ‘cabeza’ y riccio ‘erizado’, o sea, ‘cabeza erizada’.

Chotis. Del alemán schottisch ‘escocés’, propiamente ‘baile escocés’.

Cínico. Del latín CYNICUS ‘perteneciente a la escuela cínica’, y este del griego κυνικός ‘de perro, perteneciente al perro’, porque Diógenes, fundador de esta escuela filosófica, vivía como un perro.
Cirugía. Del latín CHIRURGĬA, y este del griego χειρουργία ‘trabajo manual’, ‘práctica de un oficio’, ‘operación quirúrgica’, derivado de χειρουργός ‘que trabaja con las manos’, ‘cirujano’, compuesto de χείρ ‘mano’ y έργον ‘trabajo’.

Clavel. Del catalán clavell ‘flor del clavel’, llamada así por su olor análogo al del calvell ‘clavo de especia’, acepción que a su vez procede del catalán anticuado clavell ‘clavo de clavar’ por comparación de forma.

Cobalto ‘metal’. Del alemán Kobalt, variante de Kobold ‘duende’, por la creencia de los mineros, que consideraban sin valor este metal y creían que un duende lo ponía en lugar de la pista que había robado.

Cobarde. Del francés couard, y este del francés anticuado coart, derivado de coe ‘cola’, porque el animal cobarde vuelve o esconde la cola cuando huye.

Coco¹ ‘árbol de América y su fruto’. Procede de coco ‘fantasma infantil’. Este coco² viene del portugués côco ‘fantasma que lleva una calabaza vacía, a modo de cabeza’. Y el coco¹ procede del coco² porque la cáscara del fruto con sus tres agujeros semeja una cabeza con ojos y boca, como la de aquel fantasma infantil.

Connivencia ‘disimulo o tolerancia del superior acerca de las transgresiones que cometen sus subordinados’. Del latín CONNIVENTĬA, derivado de CONNIVĒRE ‘hacer señas’, ‘cerrar los ojos’.

Conspirar. Del latín CONSPIRĀRE ‘estar de acuerdo’, ‘conspirar’, propiamente ‘respirar juntos’, por derivar este verbo latino de SPIRĀRE ‘respirar’.

Conversar. Del latín CONVERSARI ‘vivir en compañía’.

Coqueto. Del francés coquette, de coq ‘gallo’, porque los coquetos alardean en presencia de mujeres como un gallo entre gallinas.

Cretino ‘estúpido’, ‘necio’. Del francés crétin, tomado a su vez de un dialecto de la Suiza francesa, donde es la forma local de la palabra francesa chrétien ‘cristiano’, aplicada allí a los cretinos como eufemismo compasivo.

Cruasán ‘bollo de hojaldre en forma de media luna’. Del francés croissant ‘medialuna’.

Cuchichear ‘hablar en voz baja o al oído de alguien’. Derivado de cuchichiar ‘cantar la perdiz’, derivado a su vez de cuchichí ‘canto de la perdiz’.

Cuclillas, en ‘dicho de doblar el cuerpo: de suerte que las asentaderas se acerquen al suelo o descansen en los calcañares’. Viene del anticuado en cluquillas, y este de *en cloquillas, derivado de clueca ‘se dice de la gallina cuando se echa sobre los huevos para empollarlos’. Ya el Diccionario de Autoridades (1729) explicaba este origen: «Cierta postúra, con que, estribando en las piernas, se dobla el cuerpo hacia abaxo sin llegar al suelo. Trahe esta voz Covarr. y dice tomó el nombre de la gallina clueca, que está sobre sus huevos, sin cargarse del todo en ellos por no quebrarlos; pero el uso de esta voz solo se halla en el modo adverbial, diciendo En cuclillas».


Cura ‘párroco’, ‘sacerdote’. Del latín CURA ‘cuidado’, ‘solicitud’. Se le aplicó esta denominación al párroco por tener a su cargo la cura de almas o cuidado espiritual de sus feligreses.