Diario
Querido Diario, tú que conoces todas las
inquietudes, si puedes ¡aconséjame¡ He llegado a la conclusión que el hecho de
aceptar compromisos en mis relaciones, han experimentado que nos separen más
que unirnos. Esos compromisos a los que hago referencia no son más, que
renunciar a asuetos, a preferencias y a trabajos por dar gusto a aquello que
siempre me han reprochado de “No estás nunca en casa”. Cuando he renunciado a
ellos me he sentido coartado, pero lo he hecho porque aquella relación durase
más. Nunca he encontrado a nadie con la que el equilibrio se diera y afianzara la relación. Supongo
que cuando hay un amor verdadero esos compromisos pierden el sentido de
“pérdida” o “daño” que nos han proporcionado a ambos, la decepción y la insatisfacción.
Querido Diario , he estado cientos de veces pensando en que
tengo que cambiar de vida y darme una nueva oportunidad. Quizás en otro país,
quizás en otras sábanas. Pero me analizo y veo que la palabra que resume todo
es “escapar”. Siempre aconsejaba a todo el que me pedía el consejo que “Los
nuevos horizontes se abren allí” mientras señalaba el horizonte terrestre. Pero
admito que nunca supe realmente ¿Dónde está, “allí”? Querido Diario, tú que
conoces todas las inquietudes, si puedes ¡aconséjame¡ En estos meses he
recuperado a Core demostrándole que era capaz de sentir el placer que ella se
consideraba imposibilitada. Sin embargo, ¡Dime querido Diario¡ ¿Soy yo el que
padece de anhedonia? Lo digo porque a veces me siento incapaz de experimentar
el placer. A veces me siento incapaz de mostrar interés ante los estímulos
placenteros. Supongo que todos estos síntomas los tengo en la actualidad, pues
en el pasado y al principio con Core he sentido el placer. Querido Diario
¡dime¡ ¿Es que estoy deprimido o estoy loco, a pesar de los resultados de mis
test? ¿Por eso tengo anhedonia? Querido Diario, tú que conoces todas las
inquietudes, si puedes ¡aconséjame¡ ¿Sería conveniente revisar cada relación
cada seis meses? Lo digo porque considero un tiempo prudencial para preguntarse
¿Seguimos o lo dejamos, cariño? De este modo se conseguirían plazos
establecidos en los que da tiempo a reflexionar, mentalizarse, analizar construítivamente,
prepararse para la ruptura o para el futuro sin traumas y con deseos. Dentro de
esa pregunta podría suponerse implícita otra interpelación ¿Qué amo realmente?
Entonces reflexionaríamos si amamos a la pareja, al hecho de la unión, a la
seguridad que nos proporciona, a la comodidad de no tener que contarle la vida
a otro nuevo cónyuge, a la confianza, al plan de pensiones, o a la estabilidad.
Al final voy a tener que darle la razón a la hija mayor de Core a la hora de
establecer secuencias mensuales en las relaciones. Querido Diario, tú que
conoces todas las inquietudes, si puedes ¡aconséjame¡ en todos los lados a los
que miro, siempre me aconsejan que “eche pimienta” a una relación para
reactivarla. Las mismas fuentes aconsejan el uso de juguetes eróticos para
dinamizar esa relación. Claro que de los consejeros, ninguno mantiene una
relación estable. Lo que me proporciona dudas razonables sobre el éxito de sus
consejos. Por otro lado me aconsejan el uso de juguetes y yo me pregunto, si
los hombres usamos estimuladores de próstata, anillas de pene y vaginas
artificiales; y las mujeres usan bolas chinas, consoladores y cremas
estimulantes. Entonces ¿dónde está la relación? Querido Diario ¿No será mejor
aprovechar las nueve mil terminaciones nerviosas del clítoris y las otras
tantas genianas, por ejemplo, mejorando los patéticos preliminares de dos besos
y una caricia con desgana?