Libro 15.- SOMPNUS
Para
más información sobre Saudeas Mihi, consulten: http://www.editorial-ledoria.com/Saudeas-Mihi.47.0.html
Para
mayor información sobre Federico Dilla Mañas pueden
consultar la siguiente página web: http://www.editorial-ledoria.com/DILLA-MANAS-Federic.90.0.html
Para
mayor información sobre VIAJES DE MAESE MERCADER
(II): EL REGRESO y el resto de libros pueden
consultar la página web:
http://www.editorial-ledoria.com/M-MERCADER-sinopsi.51.0.html#c3496
Para
más información sobre cada libro, un video de la presentación:
http://youtu.be/XfOFm0V2lc4 Sompnus
¿Qué es el sueño? ¿Qué tienen los sueños? ¿Por qué se producen? ¿Para qué
sirven? ¿Por qué vivimos los sueños con tanto realismo? ¿Por qué en esos sueños
adquirimos habilidades inconcebibles para la Tierra? ¿Por qué sabemos por dónde
ir en mundos supuestamente imaginarios? ¿Por qué tenemos don de lenguas que
cuando despertamos olvidamos? ¿Es posible interpretar sueños sin tener en
cuenta al paciente?
Mi respuesta es rotunda: ¡No! Bueno, en realidad se puede, si queremos convertirnos en feriantes.
Me pregunto cada noche cómo podemos saber lo que un “Yo interno” quiere que el consciente modifique, si no conocemos al paciente; cuándo se considera suficiente que se conoce a alguien. Éstas son algunas de las miles de interrogantes a las que me enfrento en esta nueva profesión de intérprete de sueños.
Conduzco mi cuerpo hacia el respaldo del butacón y mi mente fuera de mi cuerpo para entender otra de las cuestiones que me ha llamado siempre la atención sobre los sueños. ¿Cuál? Pues que hay dos parámetros importan-tes a destacar. El primero tiene que ver con los datos del conocimiento, aunque sea el Yo interno, el subconsciente, o el alma, (según para quien), el que aporta la base de datos necesaria para componer el sueño. El segundo parámetro es que siempre se llevan a cabo en soledad. Es algo que no se puede compartir con nadie y es intrínseco de cada individuo. Soledad es sinónimo de aislamiento y retiro, de desierto e incomunicación, de separación y desánimo, de recogimiento y retraimiento y de viudez e insociabilidad.
A pesar de haber superado los mil y un sueños analizados e interpretados, siempre me pregunto qué significa para mí este símbolo y cuál es su sentido en mi vida.
Mi respuesta es rotunda: ¡No! Bueno, en realidad se puede, si queremos convertirnos en feriantes.
Me pregunto cada noche cómo podemos saber lo que un “Yo interno” quiere que el consciente modifique, si no conocemos al paciente; cuándo se considera suficiente que se conoce a alguien. Éstas son algunas de las miles de interrogantes a las que me enfrento en esta nueva profesión de intérprete de sueños.
Conduzco mi cuerpo hacia el respaldo del butacón y mi mente fuera de mi cuerpo para entender otra de las cuestiones que me ha llamado siempre la atención sobre los sueños. ¿Cuál? Pues que hay dos parámetros importan-tes a destacar. El primero tiene que ver con los datos del conocimiento, aunque sea el Yo interno, el subconsciente, o el alma, (según para quien), el que aporta la base de datos necesaria para componer el sueño. El segundo parámetro es que siempre se llevan a cabo en soledad. Es algo que no se puede compartir con nadie y es intrínseco de cada individuo. Soledad es sinónimo de aislamiento y retiro, de desierto e incomunicación, de separación y desánimo, de recogimiento y retraimiento y de viudez e insociabilidad.
A pesar de haber superado los mil y un sueños analizados e interpretados, siempre me pregunto qué significa para mí este símbolo y cuál es su sentido en mi vida.