Para dar continuación a este estudio, no me queda más remedio que
presuponer la existencia del destino, pues en caso contrario aquí se acabaría
el estudio. Ahora bien, si hay destino y está escrito, debemos intentar
encontrar la ubicación de dónde se encuentra escrito. Habitualmente se habla de
las estrellas y esas las estudiaremos en el siguiente capítulo. Otros dicen que
está escrito en nosotros mismos y apuestan por las manos. No cabe duda que en
cualquier caso la quiromancia o estudio de las manos, es un tema controvertido
que alcanza a muchas coincidencias en las que los estudiosos han comprobado la
existencia de relaciones entre los surcos y pliegues de la mano con los rasgos
físicos y psíquicos de las personas. Como científico, admito que es probable
estudiar el perfil de una persona por este sistema, debido a la existencia de
lo que muchos denominan "relaciones
químicas entre genes (humanos) inconexos, vinculando así caracteres fenotípicos
diferentes". Los científicos nos debatimos en un mar de
incongruencias. Por un lado admitimos sin pudor que las plantas de los pies de
los recién nacidos son un signo identificador, del mismo modo que las huellas
dactilares y las improntas de orejas. Y por otro lado, denominamos esotéricos a
los quiromantes. Si me remonto al 1711, encuentro el tratado de Serafín
Spoccani y su "Scienza della mano o sia chiromanzia" (año 1711), que
según la University of Delawere
dice: “En este manuscrito el autor
proporciona una detallada explicación del arte de la quiromancia. Los
practicantes de este arte intentaban diagnosticar enfermedades, revelar el
carácter, predecir el futuro a través de las líneas y otros rasgos de la mano.
En los siglos XVIII y XIX tuvo un gran auge en Europa. A partir de esta
práctica, la ciencia se interesó en el tema con investigaciones anatómicas,
morfológicas y dermatológicas”. Pero si amplio mis horizontes en el pasado
de la humanidad, llego a la India de hace más de 3.000 años, para descubrir el Samudrik
Shastra, que es el primer tratado
de este tipo que se conoce. No sé si estaremos ante el material donde se
escribe el destino de cada ser humano o simplemente el lugar donde el ser
humano se describe a sí mismo. El caso es que es importante para mi estudio y
voy a hacer que mis grupos de debate profundicen en los por qués de esta
pseudociencia. Algunos de esos participantes comienzan criticándome por
llamarlo pseudociencia, por lo que debo explicarles que incluso en el tratado “10
Years of Hand Analysis Research” de
Martijn Van Mensvoort, que pudiera ser considerado de los mejores, aún estoy
esperando que aporte los datos científicos que demuestran sus afirmaciones. Por
otro lado, la cultura popular se refiere a esta actividad o bien cómo leer
la mano, o bien, echar la buenaventura, lo que
no me deja mucho margen. Me
apiado. Me remango y comienzo a ayudarles a avanzar recopilando datos y
poniendo encima de la mesa de mis contertulios los datos que encuentro. Por
ejemplo la relación entre la línea simia y el Síndrome de Down. O las
características de la mano que actúan como denominador común en enfermedades
psicológicas, tales como las correspondientes a los desordenes de la
Atención, Hiperactividad y
Esquizofrenia.
(Fuente: www.
dse.nl/~frvc/handresearch).
Dentro del estudio de
las manos, se distinguen tres especialidades, la quiromancia es la adivinación a través de la lectura de las líneas
de la mano. La quirología hace el perfil psicológico, basándose en el estudio
de las líneas y montes que se hallan en las palmas de las manos. Y en tercer
lugar está la quirognomía, es decir, el estudio de la forma de las
manos y dedos. Las tres vertientes juntas hacen que la gente vaya al quiromante
para conocer su destino. El quiromante las lee y le adivina sucesos pasados, presentes y
futuros. De momento yo me quedo con las palabras de Leonardo da Vinci: “Sulla fisionomia e sulla chiromanzia non mi
dilungherò, perché in loro non c'è verità (...). Tu troverai grandissimi
eserciti morti in una medesima ora di coltello, e nessun segno della mano è
simile l'uno all'altro". Quizás a lo largo de estos días de estudio y
debate no solo crea en el destino, sino que lo halle en mis manos. Por hacer un
resumen introductorio de en qué consiste esta lectura, baste por el momento
saber que la mano izquierda posee el destino y la mano derecha las
modificaciones que de él vamos haciendo en nuestra vida. De modo que con este
principio ya partimos de la base de que los quiromantes creen en el destino
(obvio), que está escrito en las manos (obvio), pero que a su vez nosotros lo
reescribimos, con lo que ya partimos de una incongruencia. Si está escrito,
¿cómo es posible ir reescribiéndolo? Las palmas de las manos deben estar hacia
arriba para exponer claramente los montes y líneas. Dichas líneas se dividen en
dos grupos: las líneas mayores y las menores. Existen tres líneas mayores y
numerosas líneas menores que no siempre aparecen en su totalidad. Como
curiosidad evolutiva les digo a mis tertulianos que era considerada una magia y
por tanto, perseguida por la iglesia católica y hoy en día no hay quiromante
que se precie, sino se ratifica con las cartas del tarot, que también tenemos
intención de estudiar en estos días.
aM n e ؏ b o. Habría
invitado a mis amigos a cenar sin importarme la suciedad de la alfombra y el sofá desordenado. Habría comido las palomitas de maíz en el
"salón de las visitas" y me habría preocupado menos del engorro que
suponía cuando alguien quería encender el fuego en la chimenea. Habría dado mi tiempo para
escuchar a mi abuelo divagando sobre su juventud. Habría
compartido más el día a día con mi marido que con la oficina. Me habría
sentado en el prado sin importar las manchas de la hierba. Habría llorado y reído menos viendo televisión y
más mientras vivía la vida. En lugar de evitar los
malestares de los nueve meses de embarazo, habría atesorado cada momento y
comprendido que la maravilla que crecía dentro de mi, era mi única oportunidad en la vida de
asistir a Dios en un milagro. Cuando mis hijos me besasen impetuosamente, nunca
habría dicho "cuidado, estoy ocupada, ahora ve y lávate para la
cena", Habría habido más "te quiero" y más "lo
siento". Pero sobre todo, quiero
darle otra oportunidad a la vida, quiero aprovechar cada minuto. Mirar las cosas
y realmente verlas... vivirlas y nunca volver atrás. ¡dejar de preocuparme por las cosas pequeñas y
comenzar a preocuparme por las cosas bellas que si importan!!! No te preocupes sobre a
quién no le agradas, quién tiene más o quién hace qué. En lugar de eso,
atesoremos las relaciones que tenemos con aquellos que de verdad nos quieren”.